Metas del Desarrollo Sustentable post 2015 y la construcción de movimientos ciudadanos de educadores por “otro mundo posible”
La nuevas Metas del Desarrollo Sustentable post
2015 y la construcción de movimientos ciudadanos de educadores por “otro mundo
posible”
Jorge Osorio V.
(Versión del 12 de diciembre de 2015)
1. El contexto que dio origen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en la década pasada de los años 90, hizo pensar a sus gestores que era posible conseguir resultados globales en la superación de la pobreza y en el acceso de las poblaciones excluidas a los servicios básicos de salud, alimentación y educación. Existía, en los “gestores globales”, confianza en la prosperidad, que supuestamente vendría de la mano de un proyecto de capitalismo con rostro humano. El consenso en torno a la eventual fortaleza de la economía de mercado, tanto en su versión neoliberal como en la versión del capitalismo compasivo estadounidense, y al predominio sin contrapeso de las democracias de cuño occidental otorgaba las bases para proponer, desde Naciones Unidades y las organizaciones multilaterales, programas ambiciosos. El orden mundial, tal como se preveía en la época, sería más pacífico y equitativo, si la pretendida globalización modernizadora iba acompañaba de programas sociales y de “ayudas al Desarrollo” desde los países ricos y las agencias mundiales de financiamiento. La fase de los ajustes estructurales y la consecuente privatización de los servicios sociales del Estado, así como el abandono del protagonismo estatal en la generación de empleos y de garante de los derechos sociales y económicos de la población, era vista como el soporte para la dinamización de los mercados y la emergencia de economías innovadores provenientes del antiguo mundo de los países subdesarrollados. La gobernanza mundial articulada en torno al poder de las entidades financieras aseguraba no sólo financiamiento sino la hegemonía de un modo de entender las políticas económicas para el desarrollo humano de manera unívoca. Bajo estas propuestas se plantearon tanto la estrategia de los ODM como, posteriormente el programa global de la Educación para Todos (EPT). Las experiencias de las cumbres globales convocadas por Naciones Unidades, aseguraban, por su parte, un consenso político y retórico de rasgos modernizadores que ponía especial énfasis en la sensibilidad social del desarrollo humano, llamando la atención en temas que convocaban la atención mundial de manera transversal, como eran el VIH, la violencia de género, las crisis alimentaria, entre otros. El fin de la “guerra fría” parecía que daba paso a una guerra contra la pobreza.
2. Los resultados de esta estrategia global y la capacidad de sus
actores principales para llevarlas a cabo están documentados en estudios e
investigaciones que nos permiten identificar sus luces y sombras. Este documento
no es el lugar para entrar en detalles sobre el particular. Sin embargo, es
importante describir los procesos que han ido condicionando los principios y
metas de los ODM, que no fueron tan determinantes en sus orígenes. En primer
lugar, es preciso señalar el carácter que asumió el tema ambiental y el
desarrollo sustentable. Apenas iniciada la década de los años noventa, la
Cumbre de Río en 1992 y otras cumbres
globales posteriores, como la de la Mujer, Población, Desarrollo Social,
pusieron de relieve dos temas cruciales: el primero se refería a la necesidad
de plantearse de manera fundamental las condiciones ecológicas y
medio-ambientales del desarrollo económico, los efectos ecológicos de los
modelos productivos y de consumo y la necesidad de señalar metas globales en
torno a los temas de la contaminación, los efectos de los gases invernaderos y
el cambio climático. El segundo tema, se refería a la existencia de una
sociedad civil global organizada bajo diversas modalidades, que era capaz de
presionar por soluciones más radicales y efectivas para girar el paradigma
liberal, y su concepción del medio ambiente , y de esa manera abrir paso a una
cultura de sustentabilidad que implicase una nueva manera de relacionarse con
la naturaleza. Estos movimientos demostraron ser capaces de fiscalizar los
acuerdos internacionales y poner en evidencia las resistencias y restricciones
que los gobiernos centrales ponían a la hora de avanzar en políticas de
sustentabilidad. A posteriori, se manifestaron los grupos anti-globalización y
también los movimientos alter-mundistas que habían sido promocionados por el
Foro Social Mundial y otras redes contestarias. Estas expresiones de ciudadanía
global terminaron por organizar una nueva agenda que vinculaba de manera
integral, según el enfoque de “sustentabilidad y justicia social”, tanto las
demandas sociales por la igualdad, el respeto de los derechos humanos y la
lucha contra las discriminaciones como también la propuesta de cambio del
paradigma económico neo liberal y la aspiración de construir democracias participativas.
3. La llamada crisis asiática (a
fines de la década pasada) y la actual crisis financiera y de gobernabilidad
capitalista han puesto en jaque el funcionamiento del llamado “capitalismo de
rostro humano” o compasivo . Las peores versiones del capitalismo se han evidenciado en los
últimos años: especulación, corrupción, deterioro de los servicios sociales,
discriminación y fraude , concentración de la riqueza, aumento de la brecha de
ingresos , empobrecimiento de las poblaciones no adscritas a los circuitos mercantiles
, deterioro de los eco sistemas por la acción depredadora de las industrias
extractivas, manifestaciones graves de los efectos del cambio climático,
deslocalización del empleo desde países centrales hacia países que han visto
acrecentar el trabajo infantil, la violación de los derechos laborales básicos,
la explotación en el trabajo de las mujeres, entre otras manifestaciones no
menos alarmantes.
4. En el ámbito de la educación, la
Conferencia de Jomtien de 1990 abrió muchas expectativas. Estas fueron
fortalecidas en la Conferencia de Educación para Todos (EPT) realizada en
Dakar en 2000. En sus planteamientos había un concepto de gran relevancia: se
trataba de educar para satisfacer necesidades básicas de aprendizajes. Y tales
“necesidades básicas” se asociaban a la integralidad de las capacidades
habilitantes para desarrollarse integralmente en el campo económico, laboral,
social, político y cotidiano. Los planteamientos de Jomtien pudieron ser leídos
luego en consonancia con las conclusiones de la Comisión Delors y su
formulación de la educación para todos-as en cuanto aprendizaje durante toda la
vida. Y no sólo entendido como un derecho humano al acceso a los servicios
escolares, sino como el reconocimiento del derecho básico de todas las personas
a aprender y a potenciar su autonomía y su capacidad de convivir y participar
activamente en la sociedad. Sin embargo, el marco de Jomtien no fue todo lo
movilizador que se esperaba: hubo lecturas restrictivas de la educación y los
aprendizajes “básicos” se redujeron a la enseñanza escolar de niño-as y jóvenes
y en muchos países del Sur Jomtien fue el marco retórico de políticas que
reducían el rol del Estado en la educación y reducían el gasto social en virtud
de lograr “ajustes” en las finanzas públicas de tales países. Ya en la
Confintea de 1997 contábamos con un repertorio de críticas bien fundadas sobre
las políticas educativas de la década de los años noventa. Y que se
manifestaron en las evaluaciones de medio término de Dakar- EPT. Entre ellas,
el deterioro de la educación de personas adultas tanto en cuanto al peso
institucional que tenía en los organigramas oficiales de los ministerios
respectivos, como a la reducción de la inversión en programas de educación
permanente. La visión economicista de los años noventa hizo de la educación de
personas adultas un símil de la educación para el trabajo, implementada bajo
modalidades asistencialistas y compensatorias y de las campañas de
alfabetización, cuyos resultados no fueron auspiciosos. La “escolarización “ de
la educación oficial de personas adultas conllevó una baja en su capacidad
profesional y un distanciamiento de la educación comunitaria, no-formal , que
era desarrollada por las organizaciones no gubernamentales, movimientos de
educación popular, entidades religiosas y algunas universidades. Esto trajo,
como consecuencia, una fisura al momento de revelar el impacto de la educación
de personas adultas desarrolladas por actores públicos y no-gubernamentales :
las versiones comunitarias de la educación de adultos-as daban cuenta que
procesos pedagógicos innovadores y de gran capacidad para enfrentar las “nuevas
cuestiones sociales” que la “prosperidad” y el “optimismo” de los inicios de
los años noventa no pudieron prever: la emergencia de los movimientos
indígenas, la problemática de los emigrantes, desplazados por razones de
violencia o guerra internas así como de catástrofes naturales, la demanda por
la democratización de la llamada sociedad del conocimiento”, la precarización
del empleo, la marginalidad de los jóvenes excluidos o rechazados de la escuela
presos de las garras del narco-tráfico y del crimen organizado, la
discriminación por razones de género, etnia, cultura, opción sexual, el
descrédito de las instituciones políticas y el desarrollo de nuevas formas de
ejercitar la democracia desde las bases y la generación de movimientos
estudiantiles, ciudadanos, ambientalistas con pretensiones locales y globales
que comienzan a cambiar el tono y los contenidos de las propuestas ciudadanas
ante la crisis del modelo de capitalismo con rostro humano , que hoy deviene en
una verdadera crisis de civilización, como hemos señalado los movimientos educativos críticos en tanto en el proceso de
debate previo como durante la Cumbre de Río+20.
5. Bajo estas coordenadas nos
planteamos qué debemos debatir desde los
movimientos sociales y ciudadanos en relación al post 2015. Hubo varias maneras
de mirar el proceso: una forma era resistirse al “juego” de los organismos
internacionales y crear nuevas agendas alejadas de las dinámicas multilaterales
y gubernamentales, Dar por fracasados o insuficientes los programas de EPT y ODM e ir a la
conquista de nuevas formas de establecer programas globales (sin saber
exactamente cómo lograr este propósito). Una segunda forma era inter-locutar activa
y críticamente con los “administradores” de las agendas globales
oficiales promovidas desde el sistema de
la ONU, participar en las evaluaciones y ser más o menos radicales en la
definición de nuevas metas, según apreciemos
el contexto global al 2015. Una
tercera forma, y con la se que identificaron organizaciones como el ICAE, CEAAL y CLADE fue definiendo las “cuestiones globales” claves del Desarrollo Sustentable ,
demostrando que son imposibles de resolver dentro del paradigma
“liberal-occidental-de puro mercado
(neo-liberalismo; tecno-liberalismo) propiciando procesos que acometan
las metas del Desarrollo según un nuevo paradigma de “sustentabilidad”
y “civilizatorio” que cambie las maneras de producir , consumir , pensar,
educarse, democratizar y de relacionarse con los eco-sistemas, en un sentido
neo-paradigmático.
.
6. Esta posición implica hacer la
crítica al balance de “sombras” de EPT y ODM, evidenciar de manera argumentada
y empírica el fracaso de las estrategias de cooperación global sustentadas sólo
en las dictaduras de los macro- dictámenes de los organismos financieros
multilaterales que “generalizan” el mundo ,sin valorar las diversidades
culturales y las singularidades eco-territoriales, así como devalúan la
capacidad de los propios países para definir a través de procedimientos
democráticos su propias “vías de desarrollo”. Sin dudas, estamos ante la
necesidad de revisar cómo se establece la gobernanza global que implique, entre
otras temas , sujetar las lógicas del mercado a marcos de consensos globales
que permitan avanzar a una época sustentada en : a) una atención activa al
cambio climático y sus consecuencias, a la gobernanza del agua y al cuidado de
los eco-sistemas agredidos por economías depredadoras; b) el desarrollo de
Estados socialmente responsables, garantes de los derechos humanos en todas sus
generaciones y fundados en instituciones legítimas y generadas
democráticamente; c) el cuidado y promoción de las formas de vida social que
conduzcan a una vida justa, saludable, participativas , atenta a la
satisfacción de las necesidades humanas para permitir calidad de vida material,
las solidaridad para el goce de bienes comunes y el bienestar subjetivo de las
personas; d) el desarrollo de una convivencia pública que reconozca las
diversidades y sus manifestaciones, sin racismos ni discriminaciones odiosas,
capaz de enriquecerse con las expresiones tanto de las culturas locales y como
del conocimiento de las “culturas del mundo”, todo ello en el contexto de un
nuevo “orden comunicativo” basado en el cuidado del planeta y del patrimonio
ecológico, cultural y estético de la humanidad.
7. Dicho todo esto ¿qué podemos
señalar desde la perspectiva de la educación
crítica de personas jóvenes y
adultas y del aprendizaje durante toda la vida a través de la educación
popular, comunitaria y del sistema escolar ? En 1990 , EPT y ODM pusieron un
acento en alfabetización y educación básica. Sabemos que si bien estos dos ejes
representan metas de evidente pertinencia y de justicia social, los resultados
de los programas globales en ambos ámbitos demuestran que bajo criterios
aislados- estancos y no sistémicos no logramos avanzar en “desarrollo humano”.
No se trata sólo de focalización y de eficiencia en el uso de los recursos que
se inviertan. Se trata de asuntos de más fondo , y que son constitutivos de
nuestra agenda global, tales como : a) la implementación de nuevos paradigmas
para el desarrollo educativo , que reconozca la diversidad de actores y
espacios sociales de aprendizaje, entre ellos también la escuela, y que
articule la inversión educativa con las metas de todas las políticas sociales;
b) la construcción de capacidades institucionales y profesionales para
implementar las políticas integradas orientadas al aprendizaje durante toda la
vida; c) desarrollar el liderazgo político-técnico para potenciar el capital
sinergético de la acción educativa en todas las dimensiones de la vida ; d) el reconocimiento y puesta en valor de
las “educaciones” de personas jóvenes y adultas que bajo diversas modalidades
realizan asociaciones no-gubernamentales y ciudadanas y que son capaces de
demostrar el impacto de sus trabajos en la resolución de las “viejas y nuevas
cuestiones sociales” , así como poner en práctica “modos de educar” consonantes
con el nuevo paradigma de civilización que sea la contra cara de los modelos
educativos fundados sólo en una la racionalidad economicista e instrumental; e)
la superación de los modos actuales para “medir” y apreciar el desarrollo
humano expresado en el PIB , a través de un modo integrador de concebir tal
desarrollo, entendido como creación de capacidades humanas y como bienestar y
calidad de la “vida-vivida-en-común” y con respeto a los derechos humanos. Sólo
un giro de tales características hará posible apreciar, en toda su dimensión,
el valor agregado de la inversión en el “aprendizaje durante toda su vida”, y
su impacto en la generación de capital cultural, cognitivo, social y cívico,
habilitantes para convivir, participar, emerger, tomar decisiones, organizarse,
ser parte de la gestión de lo “común” en la sociedad, todas condiciones básicas
para tener sociedades justas y sustentables.
8. Desde nuestra experiencia, estamos
ante una cuestión de lenguaje y política a la vez. Debemos ser capaces de
liberar todas las fuerzas institucionales y nuestro propio pensamiento para
darle “sentido público” a lo que llamamos y practicamos como “aprendizaje para
toda la vida” ; para comunicar y conectar a quiénes son sus sujetos, sus
instituciones, su capital de saberes y conocimientos, sus redes y liderazgos,
su autoridad ética y cultural, sus proyectos globales de cooperación entre
pares y de ellos con los gobiernos nacionales y locales , sus propuestas de
políticas públicas y sus investigaciones acerca de la pertinencia de remirar el
desarrollo desde la clave del capital sinergético que genera el aprendizaje durante toda la vida en cuanto
proceso de construcción social de relaciones humanas y de conocimientos.
9. De cara a las necesaria tareas de deliberación que debemos continuar con los grupos de expertos y dirigentes de los organismos multilaterales, que comandan y digitan las políticas sociales y educativas a nivel global y que están liderando la puesta en marcha de las nuevas Metas de Desarrollo Sustentable post 2015 , luego que fueran aprobados por la Asamblea General de la ONU hace unos pocos meses en Nueva York, hay algunas
interrogantes que debemos ir respondiendo, para avanzar desde nuestras
propias posiciones:
- Cómo evaluamos la disponibilidad de
las agencias convocantes del post 2015
en razón de debatir sobre definiciones neo paradigmáticas y no
reiterar enfoques retocados de
capitalismo de rostro humano.
- Cómo podemos acreditar la política
del “aprendizaje durante toda la vida” como el paradigma educativo emergente y
el más propio de una “sociedad de complejidad” , que se oriente a la
sustentabilidad integral y a la justicia social, evidenciando su potencialidad
de “hilo invisible”, desde la perspectiva de un desarrollo que crea capacidades
taxonómicamente multivalentes y capitales sinergéticos, habilitantes tanto para
la convivencia común y las vida democrática , como para el bienestar subjetivo
de las personas y las comunidades.
- Qué actores sociales y políticos pueden potenciar, en el
campo propio y en otras agencias, gobiernos y redes, nuestros puntos de vista y
las estrategias de cooperación para la definición de las políticas post 2015 en
un marco neo-paradigmático ,
- Así como se habla de “países
emergentes” desde la jerga del desarrollo económico , cabe preguntarse cuáles
pueden ser los “países emergentes” en términos de abrir campo a
nuevos paradigmas, y animarlos a que asuman liderazgos políticos
globales para el cumplimiento de metas del Desarrollo Sustentable post 2015.
Conclusiones para la acción de los
movimientos ciudadanos de educadores por “otro mundo posible”
El proceso que convocó o la ONU
para definir un acuerdo global sobre los Objetivos del Desarrollo Sustentable post 2015 permitió socializar los debates acerca del futuro del desarrollo
sustentable , el combate a la pobreza y
las desigualdades , la educación como derecho humano, la justicia de género, la
democratización de la sociedad como condición de inclusión y bienestar social y
la urgente tarea de enfrentar los desafíos de cambio climático y sus
consecuencias para el cuidado de la biodiversidad, los bienes naturales comunes , especialmente el agua, la
seguridad alimenticia, la migraciones y la prevención de las catástrofes, entre otros temas. Sin embargo, es preciso que se reconozca, como una meta principal de los nuevos Objetivos del Desarrollo Sustentable , lograr y asegurar el acceso de todas las
poblaciones a la “educación durante toda la vida”. Reconocer este concepto como
horizonte de la educación necesaria en
el mundo actual es un hecho sobresaliente. Debemos apoyar esta definición ,
es preciso también darle el contenido que se merece desde una perspectiva de
derechos humanos. Creemos fundamental definir la educación durante toda la vida
como un derecho humano, que debe ser
exigido , reconocido, promovido, resguardado y satisfecho por la entidad pública ( Estado) como parte
del consenso universal de los derechos
humanos como condición de calidad del Desarrollo . Por ello, los Estados deben
organizar sus sistemas educativos para
satisfacer, bajo diversas modalidades
escolares y no-escolares, el derecho
humano a la educación durante toda la vida, lo que significa asegurar acceso
universal a servicios educativos, brindarlos con calidad y pertinencia cultural
y lingüística, sin discriminación de ninguna clase y sexismo y respondiendo a
las necesidades de aprendizaje y de desarrollo de capacidades de todos los
grupos sociales, culturales y etarios. La educación, definida en estos términos
, debe ser considerada por las políticas educativas como un bien público que debe ser gozado por toda la población y
proveído por el Estado, nunca dejado al
arbitrio de las dinámicas del mercado
como suele suceder en muchos países cuyos modelos económicos se basan en
un liberalismo radical.
Los objetivos de erradicación de la pobreza deben complementarse con la
superación de las desigualdades. No basta con
erradicar la pobreza extrema sino enfrentar las dinámicas estructurales
que generan sociedades desiguales y discriminatorias. Existen muchos nuevos tipos de pobreza y de
situaciones de exclusión que deben ser
confrontados desde nuevos paradigmas de desarrollo,
las que se provocan por la aplicación
de modelos neoliberales privatizadores de los servicios sociales ( la
educación incluida); por
la estructuración neoliberal de
los mercados del trabajo; por
la des-protección de colectivos
vulnerables sea por su lugar de
residencia (sectores rurales, por ejemplo) o por las actividades económicas
tradicionales aniquiladas por las empresas transnacionales ( agricultura
familiar) ; por la falta de ocasiones para
acceder a nuevos conocimientos y tecnologías;
por estar fuera de los ámbitos
formales del empleo; por sufrir las consecuencias crónicas
de la cesantía generadas por la
deslocalización de las industrias; por razones de exclusión y
discriminación de género, clasismo
racismo y explotación de niños-as
y jóvenes; por los efectos de las migraciones forzadas por conflictos armados, catástrofes naturales
y por el impacto del cambio climático, la sobreexplotación de los recursos naturales
y la privatización de la administración de la biodiversidad.
La educación durante toda la
vida requiere una atención sistemática y
programada por parte de las
entidades públicas nacionales y locales a
todos los grupos etarios, como expresión del reconocimiento del derecho humano
al aprendizaje a través de todos los ciclos de la vida, Resulta fundamental reconocer el carácter catalizador o
sinérgico que tiene este paradigma
educativo , especialmente en los beneficios que tiene en lograr cohesión y
capital social, acrecentar el capital cultural de las personas, familias y
comunidades, crear una cultura ciudadana de participación, solidaridad y
responsabilidad social, potenciar la educación y la salud de la infancia a
través de padres y madres capacitadas para ello y permitir el acceso de las
personas al conocimiento y a las tecnologías , al uso de las redes
sociales y a las oportunidades de
educación permanente que se implementan bajo la modalidad de aprendizaje social
libre . A través de todas estas
metas se acrecientan las capacidades y
el poderío de las personas y de sus comunidades para ser sujetos activos de democracias participativas y de culturas no-discriminatorias,
respetuosas de la diversidad y de la pluriculturalidad y de formas solidarias de gobernar los
bienes públicos comunes, económicos, sociales, culturales, de conocimierto y naturales, en nuestras sociedades.
Queda pendiente hacer un análisis crítico y comparado de los marcos políticos y conceptuales de la Conferencia de Imchoe (2015) , que configuran una nueva fase para la estrategia global de la EPT y del documento de la UNESCO (2015) "Replantear la Educación: ¿hacia un bien común universal" (http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002326/232697s.pdf ) que nos convoca a pensar la política educativa de las próximas décadas desde una perspectiva de los derechos humanos y de la "educación como un bien público común". Por nuestra parte, reconocemos que los movimientos de los educadores-as críticos avanzamos en poner en la agenda global "la educación y el aprendizaje para todos y durante toda la vida" en el ámbito de la gestión de los "comunes" , en el marco de una política pro-común que supere el neoliberalismo dominante. Para lograrlo existen aún muchas contiendas y giros políticos que desarrollar y lograr.
Queda pendiente hacer un análisis crítico y comparado de los marcos políticos y conceptuales de la Conferencia de Imchoe (2015) , que configuran una nueva fase para la estrategia global de la EPT y del documento de la UNESCO (2015) "Replantear la Educación: ¿hacia un bien común universal" (http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002326/232697s.pdf ) que nos convoca a pensar la política educativa de las próximas décadas desde una perspectiva de los derechos humanos y de la "educación como un bien público común". Por nuestra parte, reconocemos que los movimientos de los educadores-as críticos avanzamos en poner en la agenda global "la educación y el aprendizaje para todos y durante toda la vida" en el ámbito de la gestión de los "comunes" , en el marco de una política pro-común que supere el neoliberalismo dominante. Para lograrlo existen aún muchas contiendas y giros políticos que desarrollar y lograr.
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