Ir al contenido principal

Etica de la Sustentabilidad y Redes para la Acciòn

Ética de la sustentabilidad y redes para la acción y la gestión del conocimiento.


Jorge Osorio Vargas


1. Un argumento principal para fundar una ética de la sustentabilidad es la crítica al modelo cartesiano de mundo en el cual la razón y la técnica ordenan y dominan la naturaleza. Bajo este enfoque el “mundo” de la vida natural queda convertido en vida artificiosa, lo que constituye la matriz interpretativa de la actual crisis ecológica global y el punto-base que ha servido para abrir el debate sobre las posibilidades de un nueva ética de la relación de los seres humanos y la naturaleza.
2. El “medio ambiente” es actualmente un campo de disputas éticas y en torno a estas controversias se está estableciendo una vía de ingreso a un nuevo discurso sobre la responsabilidad social y la complejidad de los problemas del presente y del futuro planetario. Por ello, para algunos autores, la ética de la sustentabilidad es primordialmente una ética de la responsabilidad con la vida en su complejidad. Tanto es así, que en el impulso de hacer converger la cultura y la naturaleza emerge el paradigma de la complejidad como un estrategia pensante que permite colocarnos en un sentido práctico cara a cara a los dilemas que plantea la sustentabilidad del desarrollo, uniendo ciencia y conciencia de la naturaleza.
3. Desde este enfoque, la naturaleza es pensada éticamente como una oikeiosis (“familiaridad con la casa”), vinculada a valores de afectividad y generosidad, a una ética del cuidado. Esta ética puede definirse también como un comunitarismo de la- con la naturaleza. De este modo, la naturaleza ya no es asumida como objeto artificioso sino como un “próximo” con el cual coopero y vivo mutualmente.
4. La ética de la sustentabilidad es un ética afectiva que integra tres dimensiones: comunidad ecológica, responsabilidad y solidaridad con el futuro planetario y la democracia de los ciudadanos (as). De esta manera , la base de una acción ética está en una racionalidad práctica que opera como pensamiento crítico en la sociedad y que asocia la afectación por el sufrimiento humano con la justicia social .
5. Sin una ética de la sustentabilidad como fundamento no existe una política ambiental responsable, en la medida que ésta es algo más que un conjunto de normativas y se instala como un contrato socio ambiental que tendrá en cuenta los conocimientos científicos y técnicos y los valores de equidad hoy postergados por el neoliberalismo. Este propósito exige la construcción de un nuevo sentido común acerca del Desarrollo. La noción de progreso tal como la enseñó la tradición ilustrada debe ser revisada y situar los asuntos del bienestar social en una lógica de cooperación y respeto de los humanos entre sí y de estos con la naturaleza. No basta una ética imperativa abstracta, es necesario constituir sujetos capaces de entender la vida en su dinámica sistémica y a partir de ello establecer responsabilidades basadas en la autonomía moral de los mismos y en su posibilidad de establecer acuerdos para el cuidado y la gestión del ambiente. En esta dirección, debemos valorar las acciones de los movimientos éticos y ciudadanos que construyen agenda globales ,establecen alianzas y redes de apoyo mutuo y trabajan para poner a disposición de los ciudadanos (as) información relevantes acerca de las políticas económicas y los negocios que afectan el ambiente.

6. La expresión práctica de una ética de la sustentabilidad es el trabajo en redes. Sin embargo, construir redes es algo más que una metodología de acción. Es una estrategia de potenciación de las posibilidades de los seres humanos para hacerse más ecuménicos y dialogantes.
7. En los movimientos sociales y en las organizaciones ciudadanas trabajar en red es una opción ética: supone la creencia en la cooperación como un valor práctico. Sin embargo, trabajar en red es también una apertura a modos de entender la acción social de manera nueva.
8. “Reticular” es pensar las posibilidades de la acción social como un complejo tramado de relaciones, donde confluyen dinámicas de asociación y de confrontación . Podemos definir al poder como una forma de practicar la influencia a través de redes hegemónicas en relación a otras menos fuertes. De ahí, que las redes pueden llegar a ser concebidas como alianzas para conseguir fines políticos basados en la confianza de actores específicos que se auto-convocan para conseguir determinados fines en la sociedad.
9. Las redes constituyen una cierta modalidad de practicar el Liderazgo, suponen coordinación, acuerdos y la identificación convenida de los resultados que se estiman adecuados conseguir. Implican a socios más que a afiliados o adherentes como en las antiguas organizaciones políticas. Están basadas en el respeto mutuo y en la resolución mediada de conflictos. Su poder está en su capacidad de movilizar recursos de distintos tipos de manera flexible, donde cada uno de los socios entiende el sentido de las acciones emprendidas y está dispuesto a poner sus mejores competencias al fin acordado.
10. Las redes implican asimismo la sistematización de los conocimientos producidos en la inter-acción de sus miembros; en este sentido, una red siempre es un sistema de gestión del conocimiento. Una red poderosa lo es por su capacidad de entender este fenómeno fortaleciendo a cada uno de sus socios a través de la distribución de saberes pertinentes a los fines de la asociación. Es común que en nuestras organizaciones se “lancen” muchas redes, la verdad es que las redes deben construirse, tejerse, creando confianzas entre sus asociados y poniendo a disposición conocimientos que potencien a sus sujetos).
11. Es clave que una red resuelva en su proceso constituyente las formas que tendrán los procedimientos de toma de decisiones y la revocación de los mandatos de coordinación. Igualmente importante es que los socios de una red identifiquen tanto las posibilidades como los limites de la misma, y de esta forma trabajar con un sano realismo, no pidiéndole frutos que no puede otorgar. No es lo mismo trabajar en una red de líderes para influir en una política pública que en una red de intercambio de buenas prácticas de desarrollo sustentable. La primera no podrá dejar de lado un explícito proceso de liderazgo público y de acumulación de recursos políticos para hacerse visible en la esfera de los que toman las decisiones en tales políticas; en el caso de la segunda no habrá tal presión, sin embargo es evidente que en ésta es clave que existan buenas matrices para sistematizar prácticas que sean fuente de reflexiones críticas y de aprendizajes. En el primer tipo de red lo importante es la creación de condiciones para la influencia pública y la circulación de información estratégica; en el segundo tipo de red lo más significativo será contar con buenos dispositivos de análisis que cualifiquen la información de base.

Comentarios

  1. Bien, muy bien. Da justo en el meollo de lo que he buscado por tanto tiempo. Es pertenecer a una red de pensamiento y acción. Es intentar desde mi interés genuino en la promoción de un pensar crítico que se pone al servicio de los que desean colaborar en el mismo o similar sentido. Mis inquietudes en ese sentido son de larga data. Por ello estudié filosofía y sigo unida a ella en la espera de una oportunidad para ponerme a la tarea. Agradeceré que se me considere. Estoy dispuesta; es mi vocación enseñar, y no he tenido el gusto; tal vez requería desearlo tanto que se hizo patente para quién me ha puesto en contacto con Ud. Sr. Osorio. Much

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Pedagogía del Liderazgo Ciudadano

Creando Capacidades para el Liderazgo Ciudadano Enfoques conceptuales y metodológicos Jorge Osorio Vargas (Actualizado el 25 de julio, 2011) 1. Introducción. El propósito de este documento es plantear los enfoques educativos de una estrategia de formación de un Liderazgo Ciudadano en las redes, comunidades e instituciones sociales. Centrado en la idea de generar liderazgo a partir de la sistematización crítica que los (as) líderes hacen de su propio mundo experiencial y de sus aprendizajes la formación para un Liderazgo Ciudadano es un ámbito de reconstrucción de saberes prácticos y valóricos, un ámbito intencionado de conversaciones sobre lo público, y en particular sobre una nueva cultura de la sustentabilidad. Estas afirmaciones exigen propuestas metodológicas y estilos de capacitación distintos a los predominantes, por lo que es sustantivo establecer el mapa de la “pedagogía del liderazgo” que otorgue un sentido y una racionalidad integradora a la totalidad de las acciones f

De la Investigación Participativa fundacional a la Investigación-Acción Participativa Pro-común: ensayo memorial desde la historia de la educación popular latinoamericana

(Publicado originalmente en revista La Piragua N° 40, 2015: www.ceaal.org ) Jorge Osorio Vargas En 1980 en Ayacucho (Perú) y en 1982 en Pátzcuaro (México), se celebraron los I y   II Seminarios Latinoamericanos de Investigación Participativa (IAP) respectivamente, con la presencia de educadores e investigadores   de nuestra   región y de Europa, África y Asia. Contamos con las publicaciones que dan cuenta de las ponencias y experiencias que se presentaron en tal es ocasiones. Por la difusión continental de las mismas podemos señalar que ambos eventos constituyen hitos emblemáticos de la IAP latinoamericana (Fals et alter , 1980) ;Vejarano, 1983). Sin embargo,   antes   de tales eventos , la red de IAP del Consejo Internacional de Educación de Adultos (ICAE) , reunida   en la Conferencia Internacional de IAP realizada en Cartagena de Indias ,en abril de 1977,     había diseñado    imaginado   un   plan para la creación del Consejo de Educación de Adultos de América Latina   y

Problemáticas emergentes de la educación de jóvenes y adultos : desafíos y necesarias definiciones. Documento de trabajo .

  Jorge Osorio Vargas [1 Desde la década de los años 80 del siglo pasado la educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) viene experimentando un déficit histórico y un rezago significativo con relación a otras políticas educativas. El modelo “histórico” de la EPJA desarrollado desde los años 60 se basó en las políticas de integración social, modernización económica y de movilización social, promoviéndose como una dimensión clave de la participación comunitaria y política de la época. Bajo diversas modalidades, la alfabetización, la educación básica de adultos y los programas de capacitación para el trabajo sintonizaron con enfoques educativos participativos y una crítica a los sistemas escolares. La visión desescolarizante de la EPJA se nutría del pensamiento de intelectuales como Illich y Freire. En el caso de Freire su pensamiento educativo se manifestaba además en un movimiento de educación comunitaria con una importante dimensión política, tanto en los ámbitos rurales como urba