Descifrando ambigüedades: la educación durante toda la vida en el proceso de definición post 2015: Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y Educación para Todos (EPT)
Por
Jorge Osorio Vargas (ICAE), docente del Programa de Educación de
Jóvenes y Adultos de la Facultad de Ciencias de la Educación de la
Universidad de Playa Ancha, Chile)
(Presentación
elaborada para el Seminario Virtual sobre la Educación de Adultos en le
proceso del post 2015 organizada por ICAE y DVV, marzo-abril 2014 )
Luego
de meses de debates y elaboración documental en torno a los acuerdos de
un nuevo marco para los ODM y de la EPT de parte de variados actores
no es posible aún identificar el real sentido de la retórica de las
grandes agencias internacionales. Si bien existen consensos en
relación a las evaluaciones de los resultados de ambas estrategias,
donde no los hay es en el tipo de diagnóstico que se realiza de la
“crisis del desarrollo” y en el marco en el cual deberían definirse las
nuevas Metas.
Ese marco resulta complejo de definir por cuanto los
diversos actores aprecian el estado de la “cuestión global” con
instrumental analítico y perspectivas diferentes, lo que es evidente al
compararse las declaraciones de las organizaciones ciudadanas globales
con las de las agencias internacionales. Sin embargo, también
comprobamos que entre estas últimas conviven diferentes aproximaciones,
debates internos y una presión cada vez mayor a ajustar las propuestas a
los ciclos del mercado global y las dinámicas contradictorias del
gobierno de las finanzas global. Los resultados del trabajo de
los grupos de expertos convocados por el Secretario General de la ONU es
una muestra de lo que decimos.
Una
primera “sensibilidad” (o “aproximación”) se distingue porque
aprecian las estrategias de los ODM y EPT en perspectiva de
necesarias transformaciones globales, como respuesta a una crisis que
va más allá de lo financiero y que expone fenómenos nuevos y radicales
que obligan a mirar “lo global” desde una mirada de cambio
civilizatorio. Así, se evalúan los ODM y la EPT como esfuerzos globales
importantes para conseguir un mundo más justo, pero los desafíos que
deberían marcar el debate, según esta “aproximación”, son el “cómo
avanzar” y el que este “cómo avanzar” sea efectivamente una acción
colectiva, que incluya actores gubernamentales, multilaterales y de la
sociedad civil. Todo ello a través de: a) una agenda de trasformación
(de reformas reales); b) la apropiación nacional de las nuevas Metas; c) el reconocimiento de la accountability de las organizaciones de la sociedad civil.
El
aspecto más importante de esta “sensibilidad” es su reconocimiento de
la existencia de problemas globales de gran alcance civilizatorio, que
no se resuelven con reformas menores, como son: a) el cambio
climático; b) la ampliación del concepto de bienestar (que excede la
visión meramente economicista); c) los desafíos del fenómenos de la
migraciones y de los desplazamientos humanos por razones
medio-ambientales, políticas y las derivadas de las catástrofes
naturales. Esta perspectiva de “lo global” nos permite entender que
la agenda post 2015 se desarrollará como un campo de disputa, en
algunos planos con alta ambigüedad, dependiendo de la percepciones del
“riesgo global” que tienen los actores involucrados, como también los
intereses geo-políticos, que en los últimos meses están siendo cada vez
más relevantes en la definición de un “futuro común” de la humanidad y
de seguridad y sustentabilidad del planeta.
En
educación su “utopía” es desarrollar sociedades fundadas en la libre
circulación del conocimiento, distribuyéndolo socialmente a través de
modalidades formales y no formales, durante todo el ciclo de vida de
las personas, para generar capacidades integrales en todos los ámbitos
de realización de las personas y comunidades humanas de manera
coincidente con los enfoques de desarrollo humano de promueve el PNUD y
de “sociedades educadoras” que promueve la UNESCO
Otra
“sensibilidad” (o “aproximación”) es la que se sustenta en la lógica
del progreso: se trata de asegurar las condiciones del crecimiento
económico, una acertada focalización del gasto social y una opción
favorable para que la educación sea un eje de este proceso,
principalmente por la importancia de que se generen en la sociedad
competencias individuales que sean útiles en el mundo laboral de un
“nuevo capitalismo social”, que algunos gustan llamar “sociedad de
oportunidades”. Y, además, se considera que deber ser una educación
continua (“durante toda la vida”) implementada no sólo por la vía de los
itinerarios escolares, sino también por los ofertados por entidades
sociales, religiosas y empresariales, en el marco de una políticas de
provisión mixta (pública y privada) de la educación.
Tampoco prescinde,
desde esta aproximación, de la importancia de desarrollar nuevos
mecanismos de seguridad y gobernabilidad del sistema financiero global y
de la implementación de instrumentos de distribución social de los
conocimientos , el acceso a las nuevas tecnologías, así como la equidad
de género en el mundo laboral y la experimentación en la gestión
participativa de los bienes comunes de la naturaleza ( no tanto por
convicciones eco-políticas sino por las exigencias de gestionar el
“riesgo” y el gobierno de los territorios sujetos a conflictos entre
empresas transnacionales y las comunidades locales).
Tomemos
con precaución, de todos modos, esta identificación de las dos
“sensibilidades”: el proceso del debate del post 2015 nos irá deparando
seguramente el despliegue de una mayor complejidad y diversificación
en el tratamiento de los temas
En
ambas maneras de mirar el post 2015 hay aspectos comunes en relación a
la educación: se reconoce el paradigma de la “educación para toda la
vida” aunque con matices ideológicos y de concepciones del desarrollo
humano y su vinculación con la sustentabilidad del planeta. Por ello,
debemos identificar consensos y también algunas de las contrariedades.
Una fuente y vía para ilustrar este objetivo es la lectura del
Informe de Seguimiento Mundial de la EPT 2013
Un
primer tema que nos plantea la lectura de este Informe es la
ratificación de la importancia de referir la “educación de calidad “a
metas de Desarrollo, y en particular a la erradicación de la pobreza.
La clave de la discusión en este punto es la definición del desarrollo.
No es posible reducirlo a la erradicación de la pobreza. La
multidimensionalidad del desarrollo no está en cuestión en estos
momentos en los organismos internacionales. El PNUD lleva la vanguardia
en este sentido. No basta repetir la consigna de que el crecimiento
económico y la creación de empleo es en sí mismo el Desarrollo. Las
multi-dimensiones del bienestar humano , así como la importancia de
conectar el buen-vivir de las personas al acceso y beneficios de bienes
culturales y tecnológicos , al reconocimiento de la diversidad
cultural , de género, étnicas y etarias, a la participación democrática
y el respeto de los derechos humanos y a la sustentabilidad ambiental
del planeta invalidan las concepciones restringidas del Desarrollo. Y
esto también impacta en el debate sobre la educación: ¿Derecho a una
educación restringida o derecho a una educación extendida? ¿”Educación
para toda la vida” sólo para no quedar fuera de las dinámicas del
mercado o “educación para toda la vida “para acceder a todos los
beneficios del conocimiento y garantizar los derechos humanos y
ciudadanos?
El
Informe de la EPT hace una síntesis de su perspectiva para el post
2015 planteándonos el concepto de una “educación equitativa”, que
resulta ser muy pertinente, y puede ser un buen piso para definir las
rutas del post 2015 en educación, pues, la define a partir de los
siguientes criterios:
a. Desarrollo
de capacidades para el “mundo de la vida” ( ciudadanía, salud,
alimentación) y para el mejoramiento de la formación laboral
b. Empoderamiento social de los grupos vulnerables y excluidos
c. Políticas
educativas definidas por la atención a los aprendizajes y crítica a
las definición de Metas sólo por la medición de “niveles de
instrucción”
d. Aseguramiento
del acceso equitativo ( de todos-as) a una educación de calidad por
parte del Estado y sus sistemas de provisión educacional pública.
e. Importancia estratégica de la formación de buenos-as docentes y de la inversión en su formación
No
muy distinto es el enfoque de la Unesco, manifestado en su documento
37/C56 de noviembre de 2013 ( La Educación después de 2015), sin
embargo , es preciso subrayar , de manera muy alentadora o promisoria ,
que el punto de partida de su propuesta sea que la “educación da
calidad durante toda la vida” es principio orientador de la educación
post 2015, como pilar de las “sociedades inclusivas, sostenibles y
prósperas”, colocando en un continuo estratégico : a) el desarrollo de
los niños-as ( educación preescolar); b) la educación primaria y post
primaria; c) la “educación para la vida” desarrollada a través de
diversas modalidades formales y no formales ( que incluye la educación
ciudadana, ambiental y por la paz y la no-discriminación), y d) la
formación profesional.
Sin
embargo, junto con la declaración de este principio, el documento de
la UNESCO resalta, además, tres asuntos de gran importancia en el
debate estratégico sobre el futuro de “lo global” y del “desarrollo” y
que consideramos muy atractivo colocarlos como temas de conversación en este Seminario:
a. Los
programas (ODM y EPT) post 2015 no deberán restringirse sólo a la
erradicación de la pobreza extrema, por ello, deben incluir en sus
metas las problemáticas propias de los países de medianos ingresos y de
los más desarrollados sujetos a políticas socialmente regresivas en
algunos de ellos. Este planteamiento releva la
importancia de mirar los asuntos post 2015 desde una aproximación de
cambio de civilización e incorporar un repertorio más amplio y
realista de nuevas pobrezas, exclusiones , desigualdades ,violencias y
restricciones de los derechos humanos ( como los que han venido
demandado los movimientos sociales desde 2011 en todos los continentes),
y que la aproximación del “progreso” invisibilidad o lo considera parte
de una agenda “radical” de los movimientos altermundistas.
b. La educación es un derecho
humano, un bien público, y el Estado tiene la obligación de
garantizarlo y de brindarlo por la vía de instituciones que impartan
educación de calidad, no dejando margen a quienes puedan pretender
mercantilizar la educación sobre la base nuevas fórmulas
socio-liberales, reduciendo el gasto público y cediendo la iniciativa de
la “educación para toda la vida” a los privados (empresas) y sus
instituciones.
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