LA CON-INSPIRACIÓN FREIREANA: PAULO
FREIRE, SU TIEMPO Y SU VIGENCIA[1]
Jorge Osorio-Vargas [2]
El tema que deseo compartir en esta ponencia es la vigencia de
las contribuciones que Paulo Freire a la educación política de los movimientos
sociales latinoamericanos. Hago esta presentación desde mi propia experiencia como educador - investigador y
tomando en cuenta lo que ha implicado, desde los años 70 hasta la actualidad,
los debates en torno al pensamiento y la obra de Paulo Freire en mi propio país
y en América Latina.
Entonces debe entenderse que
en presentación
exista un sesgo , que está dado por mi propia experiencia local y por la forma
como el pensamiento y la presencia-testimonio de Freire fue procesado fue
vivido en los últimos años en Chile.
Un otro marco importante de
lo que expongo es el contexto sanitario,
social y existencial generado por el impacto de la pandemia del covid-19. Ésta
ha desnudado situaciones límites para el resguardo de
las vidas de las personas, de las comunidades y del planeta y una
política necrófila alentada por las condiciones establecidas por el capitalismo
neoliberal, un “capitalismo con desposesión”, fuente de una crisis de
civilización o de agotamiento terminal del fondo de época,
usando una expresión del propio Paulo Freire, de un capitalismo expropiatorio de los bienes
comunes culturales y naturales.
Hablar de la contribución
de Paulo Freire a la educación política de los
movimientos sociales latinoamericanos exige una previa reflexión global acerca
del desarrollo de la cultura política y de los propios movimientos sociales
latinoamericanos en las últimas décadas.
Decimos esto porque el pensamiento freiriano es una expresión cultural de la política y de las formas que
adquieren los procesos de organización popular bajo los paradigmas de la
izquierda predominantes en las décadas arriba señaladas.
No obstante, es preciso señalar que Freire no fue un
mero epifenómeno de la política de
izquierda sino que fue decisivamente la expresión de una construcción social y
pedagógica profundamente enraizada en las prácticas políticas y culturales que generaron las movilizaciones de comunidades y organizaciones de base que
problematizaron su historia y saltaron las vallas para aspirar
a conducir reformas políticas sustantivas y una refundación pedagógica del imaginario de la
izquierda .
Sin embargo, no
quisiera referir sólo el impacto de ese acontecimiento parteaguas
que fue la revolución cubana pues en el
carácter fundacional del práctica
y del pensamiento de Freire dialogan
decisivamente con dos vertientes de carácter socioeducativas y críticas: la teoría de la descolarización de Iván
Illich, desarrollada desde su centro de
estudios en Cuernavaca en México y la
epistemología de la investigación acción participativa desarrollada por Orlando
Fals Borda en Colombia .
En el caso de Illich se trata de una crítica a los dispositivos y ,a las
estructuras institucionales políticas y pedagógicas de los sistemas escolares, en el marco de una crítica
radical a la forma de reproducción capitalista tardía que conduce a Illich a una práctica libertaria asociada a la
necesidad de que los grupos subordinados crearan sus propias educaciones en cuanto expresión de convivencialidad y resistencia
a toda forma de socialización impuesta por las instituciones de control
y de disciplina de la modernidad capitalista .
Freire constela el marco de
pensamiento crítico latinoamericano (luego
enriquecido por la teología y la filosofía de la Liberación de Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff y Enrique Dussel, entre
otros y otras intelectuales y activistas) a través de una “teoría de la
problematización política” que se fundamenta en un ejercicio
dialógico-pedagógico desde las comunidades subordinadas promoviendo el despliegue
- la detonación - de las fuerzas culturales y espirituales de los
pobres, de los desposeídos, de los campesinos-as, de los trabajadores-as que
construyen sus procesos de emancipación a través de acciones culturales “como
Pueblo”, enunciando “su” la palabra en cuanto sujetos históricos.
Aspirando a la soberanía de lo que Illich llama “lo vernáculo” es decir todo
aquello que no se transa en el mercado, sino que se
distribuye por la vía de la gratuidad, de la reciprocidad, del
intercambio, de la conversación. Freire construye, en efecto ,una pedagogía
fundamentalmente conversacional, comunitaria,
gratuita (don), deliberativa y abierta construir nuevos mundos, los inéditos
posibles de los que él nos habló.
Estos planteamientos llevan a Freire a
cuestionar la escuela realmente existente como
una manifestación de una educación bancaria, por una
parte, y a la política tradicional de la izquierda en cuanto ejercicio vertical
y potencialmente autoritario, por otra. Su obra intelectual fue dialécticamente vinculada con
una actuación concreta, como lo demuestra su
trabajo por las reformas agrarias y los procesos de
organización campesina y de los pobladores urbanos marginalizados en Chile y desde ese campo construye su pensamiento.
Freire fue protagonista de
una fantástica y vigente constelación y con-inspiración políticas, cultural e
intelectual que tuvo también una dimensión epistemológica . Freire y Fals
Borda, a partir de sus prácticas investigativas configuraron las primeras
experiencias de la investigación acción participativa dando lugar a una
investigación desarrollada desde las organizaciones liberacionistas con la
finalidad de fortalecer su capacidad de elaborar nuevos marcos conceptuales
para comprender y promover la democratización del conocimiento y la
distribución social del poder.
Lo popular llega a significar
para este grupo de intelectuales un campo de generación de alternativas y de
nuevos modos de conocer la realidad compleja de la sociedad subordinada y de
sus potencialidades en cuanto fuente de movimientos sociales transformadores que transitan (no sin tensiones) junto a partidos de izquierda, sectores intelectuales
reformistas nutridos por los análisis del capitalismo proveniente del marxismo
europeo, comunidades cristianas liberacionistas, y ligas rurales.
Freire animó para nuestra generación de educadores-as una nueva manera de pensar y practicar la educación y sus dimensiones
políticas y pedagógicas en
perspectiva de un
proyecto humanista de profundo enraizamiento en la vida , en las
culturas y en los saberes propios del
mundo popular ; animado desde
una actitud de rebelión
espiritual y política ante la opresión, la
no libertad de los excluidos(as),
que le resulta
a Freire una mácula inaceptable.
Tal indignación moral, además,
es fuente nutriente de su hermenéutica que rompe con un acercamiento
positivista de la realidad social y para generar conocimientos desde los
dilemas claves que todo educador y educadora se enfrenta cuando trabaja en el
mundo de los expropiados(as) de los no libertos. Su proceso metodológico se funda en una
crítica a un capitalismo necrófilo. No podrá existir una educación liberadora
de sino desde una política biofílica.
La educación debe ser
una educación de la emergencia de los y las que están sumergidos(as), invisibilizados-a, de
los y las sin voz.
Freire es un pensador del habla libre y
comunitaria. Nos educamos en “círculos”, en comunidad. Esto permite
entender la crítica de Freire a la bancarización en
los movimientos sociales cuando se produce la apropiación de una cierta certeza
irrefutable que suspende la racionalidad política dialógica. Su tesis fue la de
los movimientos sociales horizontales, provistos de recursos deliberantes y
entrenados en el diálogo reflexivo: así,
sólo así, se evitará tanto el activismo vacío no reflexivo como el iluminismo
vanguardista y autoritario.
La política en Freire está asociada a un
“proyecto de humanidad” para que hombres y mujeres transiten de “yectos” a “proyectos”, viviendo en una condición existencial de levantamiento, capaces de identificar “las situaciones límites “es decir
los obstáculos que al sistema dominante coloca para impedir tal proyecto
comunitarista de humanidad e impedir el continuo despliegue de los y las humanos-as de
“llegar a hacer más”.
Los movimientos sociales anunciarán, como condición de
viabilidad histórica y ética, un proyecto de Vida Plena, biofílico y
comunitarista (tan consonante con las lecturas del mundo contemporáneo de autores emblemáticos del humanismo radical como Erich
Fromm y Martin Buber).
En su centenario , la lectura y la apropiación creativa de Freire nos plantea el desafío de construir un “Freire global desde el Sur”, recreado desde los
movimientos de recuperación de las memorias populares y de los saberes campesinos e indígenas y de los emergente sujetos sociales y
políticos que ante la crisis planetaria se activan tras
un proyecto de
Vida creando comunidades de aprendizaje
global , para configurar un campo político alterno, rebelde, insumiso , comunitarizando pedagógicas críticas
abiertas al giro epistémico feminista, ecologista, de las ciencias ciudadanas,
de la ética hospitalaria del Cuidado y de las pedagogías sapienciales
inspirada en el sentipensar-actuar-vivir de nuestras
comunidades vernáculas.
[1] Este
texto es una versión escrita de la ponencia que presentara el autor en la Rueda
de Diálogo N° 3 titulada "La Presencia de Paulo Freire en América
Latina", auspiciada por la Cátedra Paulo -Brasil Freire de la Universidad
Federal Rural de Pernambuco, en 03 de mayo de 2021. Se han mantenido
las características propias de una presentación oral.
[2]
Profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, Chile y
Asociado al Programa de Educación de Personas Jóvenes y Adultos de la
Universidad de Playa Ancha, Chile. Miembro de GIPE-CEAAL. Email:
josorio.humanidades@gmail.com
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