Notas para un debate sobre la ciudadanía como atributo y recurso democrático
Jorge Osorio Vargas
El presente y el futuro de la democracia en el mundo occidental están íntimamente relacionados con el desarrollo de la Ciudadanía, tanto como el atributo jurídico del sistema democrático como por su praxis cívica y moral.
Desde los años ochenta del siglo pasado se han desplegado una diversidad de movimientos ciudadanos que han cuestionado aspectos fundamentales del sistema político democrático occidental , como la representación, la legitimidad de los partidos políticos, la credibilidad de las instituciones parlamentarias, el agotamiento de los liderazgos tradicionales y la incapacidad de la democracia para procesar debates públicos de gran envergadura , como los relacionados con la bioética y el medio ambiente.
La tradición intelectual se ha visto animada por estos fenómenos actualizándose el debate sobre la Ciudadanía en cuanto concepto clave de la teoría política. Por extensión se ha desplegado igualmente una creciente investigación teórica acerca del significado de las organizaciones ciudadanas, en cuanto actores sociales agrupados en asociaciones voluntarias que exigen ser reconocidas como entidades fiscalizadoras del poder político.
En el desarrollo teórico contemporáneo, la Ciudadanía refiere al estatuto jurídico del individuo en cuanto: a) sujeto de derechos, y: b) sujeto de deberes con el Estado. Esta dimensión de la Ciudadanía ha sido codificada paulatinamente de manera positiva en el orden legal de los países democráticos.
En la literatura se distinguen dos dimensiones de la ciudadanía: la primera, que podríamos llamar, “jurídica” que se expresa en las versiones liberales e igualitaristas, y la dimensión” histórica”” que refiere la Ciudadanía a dinámicas sociales e históricas que han extendido el repertorio de derechos configurando nuevas formas de representación política y de la relaciones entre los ciudadanos y el Estado.
En esta última versión se ubican preferentes los enfoques que consideran la Ciudadanía como un proceso paulatino de mejoramiento positivo de los derechos ciudadanos generado por la acción de movimientos sociales.
Existe un planteamiento en la teoría de la Ciudadanía que nos interesa indagar principalmente en este tesis cual es que la Ciudadanía se define como un modo de pertenencia a una comunidad política organizada y de reconocimiento práctico de derechos y de obligaciones de los individuos en relación a otros que pudieran tener otras formas de pertenencia, pero de igual forma respetan este régimen de reciprocidad.
Este enfoque no proviene exactamente de la teoría política sino más bien de un enfoque axiológico-histórico (Innerarity). A esta forma de Ciudadanía se le ha llamado “Ciudadanía de reciprocidad” o bien “Ciudadanía de reconocimiento” (Walzer, Taylor), y que se define como un argumento moral que se expresa en conceptos prácticos como solidaridad (reciprocidad) y confianza ( Rosanvallon) De esta perspectiva las definiciones de Ciudadanía no se reducen a sus referentes modernos occidentales tales como universalidad e igualdad sino que se amplia a la consideración de que la Ciudadanía es un conjunto de recursos cívicos y éticos. Lo que se ha llamado “republicanismo” (Petit, Arendt) sería una manifestación de esta forma de Ciudadanía: entendida como un proceso social de construcción de un sentido sentido común público, que se construye de manera vinculante a través de las instituciones democráticas. Este sentido común puede adquirir el carácter de consenso, pero en el enfoque que estamos describiendo es sobre todo el desarrollo de capacidades morales (virtudes) y cívicas para participar en la res publica, considerando tanto los bienes morales individuales como colectivos.
Desde esta mirada adquieren gran relevancia la enseñabilidad de las virtudes y capacidades cívicas, y una forma virtuosa de relacionar la libertad y la autonomía individual con la comunidad. De igual modo es condición de esta ciudadanía asegurar mínimos de condiciones materiales y de resguardo de derechos sociales, así como el desarrollo de capacidades que permitan enfrentar necesidades tangibles y no tangibles (Sen, Naussbam)
Este concepto de Ciudadanía posee un carácter normativo lo que permite el aseguramiento del ejercicio de derechos fundamentales y le otorga al individuo un rasgo de “solidario voluntario”. En la versión republicana de la Ciudadanía el ciudadano es un sujeto activo que se constituye en la comunidad políticas. Además plantea la existencia de ciudadanos “capaces” y participativos en la cosa pública, no sólo a través de entidades partidarias convencionales sino también de organizaciones de interés público que surgen desde la sociedad civil.
Referencias Bibliográfícas
- Arendt, Hannah (2005) La Condición Humana, Barcelona, Paidós
- Innerarity, Daniel (2008) Ética de la Hospitalidad, Barcelona, Península
- Kymlicka, W; Norman W (1997) El Retorno del Ciudadano Una revisión de la producción reciente en teoría de la ciudadanía, La Política 3, pp. 5-39, Barcelona, Paidós
- Nussbaum, M.C (2007) Las Fronteras de la Justicia, Barcelona, Paidós
- Pettit, Philipe (1999) Republicanismo, Barcelona, Paidós
- Rosanvallon, Pierre ( 2009) La Legitimidad Democrática.Imparcialidad,Reflexividad,Proximidad, Buenos Aires, Manantial
- Sen, A (1995) Nuevo Examen de la Desigualdad, Madrid, Alianza
- Taylor, Charles (1997) La Política del Reconocimiento, en Taylor, CH, Argumentos filosóficos, Barcelona, Paidós
- Taylor, Charles (1993) El Multiculturalismo y la Política del Reconocimiento, México, FCE
- Walzer, Michael (1998) La Idea de Sociedad Civil. Una vía de reconstrucción social, del Águila, R. y Vallespín, La Democracia en sus Textos, Madrid, Alianza
Jorge Osorio Vargas
El presente y el futuro de la democracia en el mundo occidental están íntimamente relacionados con el desarrollo de la Ciudadanía, tanto como el atributo jurídico del sistema democrático como por su praxis cívica y moral.
Desde los años ochenta del siglo pasado se han desplegado una diversidad de movimientos ciudadanos que han cuestionado aspectos fundamentales del sistema político democrático occidental , como la representación, la legitimidad de los partidos políticos, la credibilidad de las instituciones parlamentarias, el agotamiento de los liderazgos tradicionales y la incapacidad de la democracia para procesar debates públicos de gran envergadura , como los relacionados con la bioética y el medio ambiente.
La tradición intelectual se ha visto animada por estos fenómenos actualizándose el debate sobre la Ciudadanía en cuanto concepto clave de la teoría política. Por extensión se ha desplegado igualmente una creciente investigación teórica acerca del significado de las organizaciones ciudadanas, en cuanto actores sociales agrupados en asociaciones voluntarias que exigen ser reconocidas como entidades fiscalizadoras del poder político.
En el desarrollo teórico contemporáneo, la Ciudadanía refiere al estatuto jurídico del individuo en cuanto: a) sujeto de derechos, y: b) sujeto de deberes con el Estado. Esta dimensión de la Ciudadanía ha sido codificada paulatinamente de manera positiva en el orden legal de los países democráticos.
En la literatura se distinguen dos dimensiones de la ciudadanía: la primera, que podríamos llamar, “jurídica” que se expresa en las versiones liberales e igualitaristas, y la dimensión” histórica”” que refiere la Ciudadanía a dinámicas sociales e históricas que han extendido el repertorio de derechos configurando nuevas formas de representación política y de la relaciones entre los ciudadanos y el Estado.
En esta última versión se ubican preferentes los enfoques que consideran la Ciudadanía como un proceso paulatino de mejoramiento positivo de los derechos ciudadanos generado por la acción de movimientos sociales.
Existe un planteamiento en la teoría de la Ciudadanía que nos interesa indagar principalmente en este tesis cual es que la Ciudadanía se define como un modo de pertenencia a una comunidad política organizada y de reconocimiento práctico de derechos y de obligaciones de los individuos en relación a otros que pudieran tener otras formas de pertenencia, pero de igual forma respetan este régimen de reciprocidad.
Este enfoque no proviene exactamente de la teoría política sino más bien de un enfoque axiológico-histórico (Innerarity). A esta forma de Ciudadanía se le ha llamado “Ciudadanía de reciprocidad” o bien “Ciudadanía de reconocimiento” (Walzer, Taylor), y que se define como un argumento moral que se expresa en conceptos prácticos como solidaridad (reciprocidad) y confianza ( Rosanvallon) De esta perspectiva las definiciones de Ciudadanía no se reducen a sus referentes modernos occidentales tales como universalidad e igualdad sino que se amplia a la consideración de que la Ciudadanía es un conjunto de recursos cívicos y éticos. Lo que se ha llamado “republicanismo” (Petit, Arendt) sería una manifestación de esta forma de Ciudadanía: entendida como un proceso social de construcción de un sentido sentido común público, que se construye de manera vinculante a través de las instituciones democráticas. Este sentido común puede adquirir el carácter de consenso, pero en el enfoque que estamos describiendo es sobre todo el desarrollo de capacidades morales (virtudes) y cívicas para participar en la res publica, considerando tanto los bienes morales individuales como colectivos.
Desde esta mirada adquieren gran relevancia la enseñabilidad de las virtudes y capacidades cívicas, y una forma virtuosa de relacionar la libertad y la autonomía individual con la comunidad. De igual modo es condición de esta ciudadanía asegurar mínimos de condiciones materiales y de resguardo de derechos sociales, así como el desarrollo de capacidades que permitan enfrentar necesidades tangibles y no tangibles (Sen, Naussbam)
Este concepto de Ciudadanía posee un carácter normativo lo que permite el aseguramiento del ejercicio de derechos fundamentales y le otorga al individuo un rasgo de “solidario voluntario”. En la versión republicana de la Ciudadanía el ciudadano es un sujeto activo que se constituye en la comunidad políticas. Además plantea la existencia de ciudadanos “capaces” y participativos en la cosa pública, no sólo a través de entidades partidarias convencionales sino también de organizaciones de interés público que surgen desde la sociedad civil.
Referencias Bibliográfícas
- Arendt, Hannah (2005) La Condición Humana, Barcelona, Paidós
- Innerarity, Daniel (2008) Ética de la Hospitalidad, Barcelona, Península
- Kymlicka, W; Norman W (1997) El Retorno del Ciudadano Una revisión de la producción reciente en teoría de la ciudadanía, La Política 3, pp. 5-39, Barcelona, Paidós
- Nussbaum, M.C (2007) Las Fronteras de la Justicia, Barcelona, Paidós
- Pettit, Philipe (1999) Republicanismo, Barcelona, Paidós
- Rosanvallon, Pierre ( 2009) La Legitimidad Democrática.Imparcialidad,Reflexividad,Proximidad, Buenos Aires, Manantial
- Sen, A (1995) Nuevo Examen de la Desigualdad, Madrid, Alianza
- Taylor, Charles (1997) La Política del Reconocimiento, en Taylor, CH, Argumentos filosóficos, Barcelona, Paidós
- Taylor, Charles (1993) El Multiculturalismo y la Política del Reconocimiento, México, FCE
- Walzer, Michael (1998) La Idea de Sociedad Civil. Una vía de reconstrucción social, del Águila, R. y Vallespín, La Democracia en sus Textos, Madrid, Alianza
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