La sociedad civil como fuente de recursos cívicos y morales para una democracia participativa
Jorge Osorio Vargas.
1. La democracia es principalmente una experiencia ciudadana, de participación en la vida comunitaria y de autonomía moral de los sujetos buscando el cuidado y la justicia de y para los otros (los próximos) Esta definición tiene un carácter normativo y práctico a la vez. La participación ciudadana y la vitalidad de la sociedad civil son la manifestación de un conjunto de preferencias valóricas y los intereses de estos sujetos. Son precisamente, estos factores (que constituyen una cultura política) son los que le dan legitimidad y sustento a la democracia. Este punto de vista es el que nos lleva a sostener que la clave de la democracia de nuestros países está en la implicación de la sociedad civil en la esfera pública. Dado que la sociedad civil es un espacio de "provisión de recursos cívicos" para la democracia. Es evidente que esta implicación de la sociedad civil en la esfera pública ha llegado a transformar el modo de acción política de los ciudadanos, que había estado por mucho tiempo canalizando a través de los partidos.
2. Entendemos que sociedad civil es el conjunto de asociaciones, organizaciones, instituciones y redes voluntarias de ciudadanos, animadas por una ética de responsabilidad social, organizadas a través de entidades de hecho y de derecho, democráticas y autónomas del Estado. En este sentido "sociedad civil" es un "argumento", no sólo un fenómeno sociológico, pues refiere a una manera de experimentar la democracia y la innovación institucional de la misma. Trabajar en la sociedad civil significa desde la perspectiva de la educación valorarla como escenario de proyectos de cambio, reconociendo la pluralidad o diversidad de los sujetos de la sociedad civil.
3. Dicho esto es preciso indicar algunos factores generales que nos permiten entrar a analizar más en detalle las posibilidades de trabajar desde la educación con el "argumento sociedad civil". Veamos en primer lugar los procesos que van contra esta ola: el descenso de la participación electoral y del descrédito de la política institucional; el descenso del compromiso público de los partidos políticos; la disminución de la afiliación sindical; el descenso de la participación en organizaciones religiosas históricas; el carácter decisivo de factores no-políticos en la gobernabilidad (instituciones multilaterales, poderes fácticos, gestión de riesgos, globalización con control externo de los mercados, etc.); la emergencia de un individualismo altruista y de ciudadanía mediática como modelo de responsabilidad cívica; escepticismo ante los asuntos públicos a favor de intereses "post materiales" .
4. El fortalecimiento de la sociedad civil exige crear capacidades y capital social: asociatividad, confianza en proyectos comunes, comunitarismo, habilitación para la participación y la argumentación, resolución de conflictos, gestión de la incertidumbre, acceso y uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, competencias para ingresar a la globalización (ciudadanía económica), mecanismos de control ciudadano de las políticas públicas y de las decisiones de los gobiernos, redes de fiscalización del gobierno corporativo de las empresas y de las entidades financieras multilaterales.
5. La estrategia debería ser "socio-civilizar" la sociedad civil misma alentando su potencial crítico . En la práctica esto debiera implicar: la democratización del Estado (la revolución democrática del siglo XXI); la descentralización efectiva de los gobiernos, el fortalecimiento de las sociedades civiles y la potenciación de las libertades locales; la profundización de la democracia en las propias organizaciones de la sociedad civil; fomentar el asociativismo ciudadano para que llegue a ser un sello de una cultura política.
6. Señalemos un aspecto de lo que significa el argumento sociedad civil como clave de la educación para la ciudadanía y los derechos humanos: este espacio (el "tercer sector", según la nomenclatura de algunos) es el terreno de la discusión crítica donde los individuos se encuentran como personas públicas, donde las personas se fortalecen como sujetos ante los poderes fácticos, donde se ejerce el aprendizaje de las libertades públicas, donde se crean competencias para la convivencia, donde se produce la nueva alfabetización para el autogobierno y el ejercicio de la autonomía moral de los ciudadanos en la globalización neoliberal, el ámbito de la toma de decisiones directas, no representadas, por último, el ámbito de la imaginación de una nueva forma de organización de la política global e institucional. La sociedad civil entonces es un espacio "privado" social, no pre-político, sino público y constitutivo de sujetos colectivos capaces de ejercer sus derechos en la institucionalidad política.
7. Como en la sociedad civil se forma el capital social para una democracia es preciso la capacitación de los ciudadanos en desarrollo como un proceso de dinamismo participativo, en todos los ámbitos, incluidos las escuelas. Así como varias de nuestras reformas educativas han tenido como horizonte la rentabilidad económica de la misma, es importante preguntarse que pasaría con estas políticas educacionales si se redefinen en función de crear capital social.
8. Desde esta perspectiva la "macropolítica" o la democracia en general se entiende como "deliberativa". De ahí la importancia de entender la educación ciudadana como un proceso de creación de capacidades para la "deliberación", lo que implica promover una ética del Cuidado y Reconocimiento del otro, la valoración de los derechos de los diversos, crear las competencias para dirimir públicamente conflictos morales (como por ejemplo el tema de la justicia frente a la violación de los derechos humanos en la dictaduras de la América del Sur), entre otros aspectos, lo que cambiaría sustancialmente la agenda pública de la educación en nuestro países, y le devolvería el protagonismo a la educación comunitaria.
9. Por último digamos que la sociedad civil es también el espacio para revertir el individualismo neoliberal a través de "redes" y comunidades que reflexionen sobre el sentido público de la experiencia humana, que recuperen a los excluidos y "fracasados" de la dinámica del capitalismo neoliberal, que asuman colectivamente los desafíos de la "sociedad de riesgo", que vinculen a los sujetos a las tradiciones y a los relatos que sustentan su identidad-diversidad.
Referencias para profundizar:
Béjar, Helena (2000): El Corazón de la República, Paidós, Barcelona.
Giddens, A. & Hutton, W (eds) (2001): En el Límite. La Vida en el Capitalismo Global, Tusquet, Barcelona.
Putnam, Robert (ed) (2003): El Declive del Capital Social, Galaxia Gutenberg, Barcelona.
Tezanos, José F. (2002): La Democracia Incompleta. El Futuro de la Democracia Postliberal, Biblioteca Nueva, Madrid.
Jorge Osorio Vargas.
1. La democracia es principalmente una experiencia ciudadana, de participación en la vida comunitaria y de autonomía moral de los sujetos buscando el cuidado y la justicia de y para los otros (los próximos) Esta definición tiene un carácter normativo y práctico a la vez. La participación ciudadana y la vitalidad de la sociedad civil son la manifestación de un conjunto de preferencias valóricas y los intereses de estos sujetos. Son precisamente, estos factores (que constituyen una cultura política) son los que le dan legitimidad y sustento a la democracia. Este punto de vista es el que nos lleva a sostener que la clave de la democracia de nuestros países está en la implicación de la sociedad civil en la esfera pública. Dado que la sociedad civil es un espacio de "provisión de recursos cívicos" para la democracia. Es evidente que esta implicación de la sociedad civil en la esfera pública ha llegado a transformar el modo de acción política de los ciudadanos, que había estado por mucho tiempo canalizando a través de los partidos.
2. Entendemos que sociedad civil es el conjunto de asociaciones, organizaciones, instituciones y redes voluntarias de ciudadanos, animadas por una ética de responsabilidad social, organizadas a través de entidades de hecho y de derecho, democráticas y autónomas del Estado. En este sentido "sociedad civil" es un "argumento", no sólo un fenómeno sociológico, pues refiere a una manera de experimentar la democracia y la innovación institucional de la misma. Trabajar en la sociedad civil significa desde la perspectiva de la educación valorarla como escenario de proyectos de cambio, reconociendo la pluralidad o diversidad de los sujetos de la sociedad civil.
3. Dicho esto es preciso indicar algunos factores generales que nos permiten entrar a analizar más en detalle las posibilidades de trabajar desde la educación con el "argumento sociedad civil". Veamos en primer lugar los procesos que van contra esta ola: el descenso de la participación electoral y del descrédito de la política institucional; el descenso del compromiso público de los partidos políticos; la disminución de la afiliación sindical; el descenso de la participación en organizaciones religiosas históricas; el carácter decisivo de factores no-políticos en la gobernabilidad (instituciones multilaterales, poderes fácticos, gestión de riesgos, globalización con control externo de los mercados, etc.); la emergencia de un individualismo altruista y de ciudadanía mediática como modelo de responsabilidad cívica; escepticismo ante los asuntos públicos a favor de intereses "post materiales" .
4. El fortalecimiento de la sociedad civil exige crear capacidades y capital social: asociatividad, confianza en proyectos comunes, comunitarismo, habilitación para la participación y la argumentación, resolución de conflictos, gestión de la incertidumbre, acceso y uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, competencias para ingresar a la globalización (ciudadanía económica), mecanismos de control ciudadano de las políticas públicas y de las decisiones de los gobiernos, redes de fiscalización del gobierno corporativo de las empresas y de las entidades financieras multilaterales.
5. La estrategia debería ser "socio-civilizar" la sociedad civil misma alentando su potencial crítico . En la práctica esto debiera implicar: la democratización del Estado (la revolución democrática del siglo XXI); la descentralización efectiva de los gobiernos, el fortalecimiento de las sociedades civiles y la potenciación de las libertades locales; la profundización de la democracia en las propias organizaciones de la sociedad civil; fomentar el asociativismo ciudadano para que llegue a ser un sello de una cultura política.
6. Señalemos un aspecto de lo que significa el argumento sociedad civil como clave de la educación para la ciudadanía y los derechos humanos: este espacio (el "tercer sector", según la nomenclatura de algunos) es el terreno de la discusión crítica donde los individuos se encuentran como personas públicas, donde las personas se fortalecen como sujetos ante los poderes fácticos, donde se ejerce el aprendizaje de las libertades públicas, donde se crean competencias para la convivencia, donde se produce la nueva alfabetización para el autogobierno y el ejercicio de la autonomía moral de los ciudadanos en la globalización neoliberal, el ámbito de la toma de decisiones directas, no representadas, por último, el ámbito de la imaginación de una nueva forma de organización de la política global e institucional. La sociedad civil entonces es un espacio "privado" social, no pre-político, sino público y constitutivo de sujetos colectivos capaces de ejercer sus derechos en la institucionalidad política.
7. Como en la sociedad civil se forma el capital social para una democracia es preciso la capacitación de los ciudadanos en desarrollo como un proceso de dinamismo participativo, en todos los ámbitos, incluidos las escuelas. Así como varias de nuestras reformas educativas han tenido como horizonte la rentabilidad económica de la misma, es importante preguntarse que pasaría con estas políticas educacionales si se redefinen en función de crear capital social.
8. Desde esta perspectiva la "macropolítica" o la democracia en general se entiende como "deliberativa". De ahí la importancia de entender la educación ciudadana como un proceso de creación de capacidades para la "deliberación", lo que implica promover una ética del Cuidado y Reconocimiento del otro, la valoración de los derechos de los diversos, crear las competencias para dirimir públicamente conflictos morales (como por ejemplo el tema de la justicia frente a la violación de los derechos humanos en la dictaduras de la América del Sur), entre otros aspectos, lo que cambiaría sustancialmente la agenda pública de la educación en nuestro países, y le devolvería el protagonismo a la educación comunitaria.
9. Por último digamos que la sociedad civil es también el espacio para revertir el individualismo neoliberal a través de "redes" y comunidades que reflexionen sobre el sentido público de la experiencia humana, que recuperen a los excluidos y "fracasados" de la dinámica del capitalismo neoliberal, que asuman colectivamente los desafíos de la "sociedad de riesgo", que vinculen a los sujetos a las tradiciones y a los relatos que sustentan su identidad-diversidad.
Referencias para profundizar:
Béjar, Helena (2000): El Corazón de la República, Paidós, Barcelona.
Giddens, A. & Hutton, W (eds) (2001): En el Límite. La Vida en el Capitalismo Global, Tusquet, Barcelona.
Putnam, Robert (ed) (2003): El Declive del Capital Social, Galaxia Gutenberg, Barcelona.
Tezanos, José F. (2002): La Democracia Incompleta. El Futuro de la Democracia Postliberal, Biblioteca Nueva, Madrid.
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