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Nuevos movimientos espirituales y la búsqueda de sentido en el contexto postmoderno ( Paula Osorio Howard)

Los nuevos movimientos espirituales y la búsqueda de sentido en el contexto postmoderno.

Paula Osorio Howard
Bachiller en Comunicaciones, UNIACC, Chile


Resumen

Esta investigación describe los nuevos movimientos espirituales surgidos en un contexto postmoderno a partir del modelo de Marilyn Ferguson, identificando sus contenidos y su proyección como movimientos culturales.
Se plantea que estos movimientos espirituales evolucionan convergentemente con procesos como son el desarrollo de la ecología, la crítica al racionalismo y las promesas incumplidas de la modernidad y la búsqueda de nuevas estilos de vida saludables, asi como el debate paradigmático en las ciencias.
Se cuestiona la visión que caracteriza estos movimientos como un mero neo-esoterismo y se propone superar esta interpretación definiéndolos como espacios de subjetividad y cambio cultural, que plantean un modo contemporáneo de búsqueda espiritual, con contenidos social y ecológico.
El trabajo establece la relevancia de considerar los aportes y la participación de enfoques psicoterapéuticos humanistas y transpersonales en la configuración de estos movimientos.

Palabras claves

Modernidad; postmodernidad; espiritualidad; ecología; cultura; neo-esoterismo


INDICE

I. Introducción
II. El Problema
III. Propuesta Metodológica
IV. Marco de Desarrollo Teórico
1. Postmodernidad y nuevos movimientos espirituales
2. Nuevos movimientos espirituales como movimientos culturales
3. Convergencias de los nuevos movimientos espirituales y la crítica postmoderna
4. Nuevos movimientos espirituales y psicoterapias
5. Cultura y espiritualidad en la postmodernidad
V. Conclusiones
VI. Bibliografía Consultada.

















Introducción.


El propósito de esta investigación es sistematizar de manera descriptiva el fenómeno de los nuevos movimientos espirituales en cuantos espacios culturales y de creación de sentidos de vida en la postmodernidad.

Nuestro punto de vista es que estos movimientos son expresiones culturales que poseen diversas dimensiones, cuyos antecedentes matrices provenientes principalmente de los cambios culturales que vive el mundo occidental en la década de los años 60 del siglo pasado y cuyo desarrollo converge con manifestaciones tales el movimiento ecologistas, la recepción de tradiciones espirituales orientales, la búsqueda de una salud integradora y la incorporación a la vida personal de visiones psicoterapéuticas humanistas y transpersonales.

La literatura disponible y el sentido común mediático asocian estas manifestaciones con el llamado movimiento new age, por lo general definido como un neo-esoterismo que está influido por la actualización de las tradiciones esotéricas occidentales y orientales y por las mencionadas corrientes psicoterapéuticas.

Sin embargo, desde la perspectiva de esta investigación estos movimientos espirituales es preciso entenderlos como movimientos culturales que asocian una plataforma temática ecologista con la búsqueda espiritual de sentido en la postmodernidad. El marco descriptivo e interpretativo que adoptamos en este estudio proviene del texto pionero de M. Ferguson La Conspiración de Acuario

Según el caso, estos movimientos establecen diálogos con tradiciones esotéricas, pero no es este rasgo lo que las define principalmente. Lo que las caracteriza de manera más significativa es su carácter de espacio de creación simbólica, que integra una visión de trascendencia con un proyecto de plenitud humano.. Representan una expresión de integración de las tradiciones arquetípicas universales con un método de desarrollo humano.

El estudio de Ferguson aporta las evidencias históricas y presenta una cartografía de iniciativas, proyectos, organizaciones y movimientos.

En nuestro trabajo el propósito es delimitar un conjunto de atributos de estos movimientos espirituales (el “modelo fergusiano”), apreciarlos como manifestaciones postmodernas, en un sentido amplio pero comprensivo, y presentar las coordenadas que establecen algunas teorías psicoterapéuticas contemporáneas con estos movimientos.

En ningún caso pretendemos una investigación empírica, que nos permita hacer clasificaciones y comparaciones.

El punto de referencia de nuestro estudio es la tipificación que ha realizado Ferguson que permanece vigente .

Queda como una tarea futura para nuestras investigaciones ampliar este trabajo a una dimensión empírica e histórica, identificando experiencias, actores, proyectos y tendencias en nuestro país.

Consideramos relevante nuestro estudio pues implica investigar cómo se configuran en la postmodernidad – o en los tiempos contemporáneos- estrategias de sentido de vida y se integran diversas influencias, experiencias y tradiciones espirituales y sapiensales conformándose matrices sociales que reelaboran de nuevos modos procesos de identidad, pertenencia y autonomía en las personas.

La metodología del estudio está basada en la sistematización de fuentes bibliográficas y de apreciaciones interpretativas que están disponibles en la literatura consultada.

Para ello, hemos identificado los textos reconocidamente claves en la descripción del fenómeno que estudiamos.

En relación a los temas de referencia o bien para introducirnos a la compleja literatura sobre la postmodernidad, desde nuestro particular interés, hemos accedido a bibliografía sintética y de uso académico en el medio universitario nacional, que nos han permitido acceder a los conceptos y los contextos pertinentes.

Por último, señalamos que nuestro trabajo desarrolla los siguientes capítulos:
- la exposición del problema que dio lugar al estudio,
- la propuesta metodológica del mismo,
- su desarrollo teórico,
- las conclusiones , y
- la bibliografía consultada.












II. El Problema.

La transición cultural que vive el mundo occidental, caracterizada como postmodernidad, suscita movimientos de búsqueda espiritual que manifiestan nuevas formas de simbolización cultural, la definición actualizada de espiritualidad y su vínculo con el desarrollo de la conciencia y una opción ecológica; todas dimensiones que forman parte de un proyecto de cambio cultural, fragmentario y sincrético, que se expresa en todo el ámbito occidental.

Nuestra pregunta inspiradora es ¿qué potencialidades tiene este cambio cultural postmoderno para suscitar movimientos de búsqueda espiritual y de sentido en las actuales coordenadas culturales del siglo?
.
La postmodernidad, como proceso, es una transición cuyos actores cuestionan los fundamentos de la modernidad y desarrollan un discurso crítico desde diversos ámbitos: la filosofía, la política, la salud; la ciencia; la psicoterapia, entre otros no menos relevantes.

Si bien la crítica postmoderna ha tenido un ciclo escéptico, ha sido vivenciada por diversos movimientos culturales y sociales como una plataforma contestaria y transformadora, que ha puesto el horizonte del cambio social en la construcción de una sociedad ecológicamente sustentable.

La ecología y otros movimientos provenientes de la pasada década de los años 60 (como el feminismo, los derechos civiles, la interculturalidad) han dado una dimensión pública a los movimientos espirituales que reivindican autonomía de las entidades religiosas y la búsqueda de pedagogías y metodologías que los encaminen en sus inquietudes de trascendencia.

Es propio de estos movimientos espirituales que estudiamos su carácter público y de responsabilidad social y ciudadana. Paradojalmente podemos decir que la búsqueda y la pregunta de la trascendencia se desarrollan como un movimiento cultural.

Resulta muy significativo señalar el valor de estos movimientos en cuanto han sido también factores de secularización de la búsqueda espiritual, lo que no sucede con movimientos religiosos fundamentalistas que politizan la relación entre religión y política en un sentido violento e intolerante.

Asimismo, en el desarrollo de estos movimientos, se reconoce la influencia y la animación de grupos de psicoterapeutas que exploran en estos espacios nuevas posibilidades para su disciplina, especialmente estimulados por las psicologías humanistas y transpersonales.



III. Propuesta Metodológica


La metodología de nuestra investigación es de carácter descriptivo – sintético; es decir: a partir de un cuerpo bibliográfico, que se reconoce como fuente de relevancia para el estudio del tema de la investigación. desarrollamos una sistematización comprensiva e integrada, con el fin de responder la pregunta inicial que nos hemos planteado en la formulación del problema del estudio.

Esta sistematización se elabora identificando las relaciones teóricas que permiten la descripción de la temática del estudio y su interpretación como fuentes de nuevas preguntas de investigación y de vía de amplificación de las interpretaciones a contextos más amplios y generalizables.

Podemos señalar que esta investigación es un estudio de un movimiento cultural que identifica los temas de la espiritualidad y producción de sentidos como su contenido principal. Sobre este asunto, en particular, nos vamos a enfocar.

Reconocemos la importancia que tiene el desarrollo de un próximo estudio acerca de sus estrategias de crecimiento, sus redes, sus bases institucionales, su relación con referentes psicoterapéuticos formales, así como sus espacios de creación de conocimientos.

Nuestra investigación cualitativa y de lectura y análisis de textos se configura desde una definición de estos movimientos a partir de la descripción realizada por M. Ferguson .

Sabemos que existen otras definiciones, y que el sentido común y la literatura de divulgación, tienden asociar nuestros movimientos con manifestaciones esotéricas u otras formas de espiritualismo banal. Incluso existe estudios críticos de importancia que ha optado por esta definición común, distorsionando, a nuestro entender, el carácter del “modelo fergusiano”.

No podemos negar la influencia de un sincretismo esotérico en este movimiento, así como tampoco la influencia de corrientes psicoterapéuticas contemporáneas, sin embargo, el elemento que identifica al movimiento espiritual, no es exactamente el neo-esoterismo, sino otras dimensiones que vamos a presentar.

Expuestos estos antecedentes digamos que el objetivo general de nuestra investigación es: describir los movimientos espirituales definidos en el “modelo fergusiano” en cuanto manifestación de un proceso de búsqueda de sentido de vida en la transición cultural que definimos como postmodernidad.

Los objetivos específicos son: a) presentar los argumentos de las distintas teóricas válidamente identificadas acerca de estos actores y de este proceso; b) integrar estos enunciados teóricos en resúmenes sintéticos que permitan relacionar las temáticas concurrentes al estudios, y; c) introducir la valoración que otorgan estas fuentes a las teorías psicoterapéuticas en el desarrollo de una “espiritualidad” postmoderna.


IV. Marco de Desarrollo Teórico.



1. Post Modernidad y nuevos movimientos espirituales.


La crisis de la modernidad, en cuanto mutación cultural que ha puesto en cuestión los fundamentos del mundo cultural y la filosofía occidental, ha devenido en un conjunto de fenómenos de diverso tipo, que ha abarcado tanto la crítica a las relaciones económicas y sociales como el replanteamiento de la función de la ciencia y la tecnología y de las instituciones políticas y religiosas.

Es una crisis de desencanto por la incapacidad de las instituciones y los movimientos sociales modernos para llevar a la realidad los valores sustantivos de la Ilustración y la creencia de un progreso ilimitado que por la vía de la razón llevaría a la humanidad a la felicidad. Esta utopía de plenitud ha sido inviable en el marco de la modernidad.

Desde el arte surrealista hasta la ciencia de la incertidumbre, desde los movimientos ecologistas a los filósofos de la decadencia del mundo occidental han cimentado una cultura crítica a la modernidad.

A esta época de desencanto y de crisis de sentido, de pérdida de confianza en las acciones colectivas y en las instituciones, de crítica de las filosofías metafísicas y del autoritarismo, de las iglesias y los partidos políticos se le ha llamado genéricamente postmodernidad.

El concepto merece una especificación, que duda cabe, pero para los efectos de nuestra investigación entenderemos este fenómeno como un programa contestario o crítico de la modernidad, que incluye varias expresiones intelectuales y actores sociales, también lo que llamamos nuevos movimientos espirituales.

Los nuevos movimientos espirituales que estudiamos se identifican a partir de los siguientes rasgos:

- representan una búsqueda espiritual crítica a las iglesias o religiones institucionales;

- tienen una identidad social y ecológica explícita;

- son espacios simbólicos integradores de los deseos de una vida plena y el ejercicio de técnicas de desarrollo personal de inspiración oriental;

- acogen influencias de psicoterapias humanista y transpersonales , y ;

- poseen estructuración reticular, asociada a movimientos sociales orgánicos como son los movimientos ecologistas, feministas o por los derechos humanos y civiles

La interpretación fergusiana da cuenta precisa de esta caracterización, sin embargo, otros análisis han asociados estos movimientos a la llamada new age y a su eventual rasgo esotérico ..

En un reciente estudio, Vicente Merlo , si bien logra describir variadas influencias de estos movimientos, remarca su carácter neo-esotérico.

Señalamos los términos generales del análisis de Merlo:

- las llamados “nuevos” movimientos espirituales lo son en función de su ruptura con las modalidades religiosas institucionales

- son expresiones sectarias, desprendidas de religiones tradicionales, movimientos fundamentalistas, neo-conservadores, integristas, de desarrollo reciente, caben en la denominación de movimientos religiosos.

- Merlo asocia también una vertiente de estos nuevos movimientos “espirituales” con la llamada “new age”, que según el autor tiene variadas dimensiones. Según Merlo, la new age tiene su origen en la actualización del esoterismo tradicional, en la irrupción del budismo y de la tradición hindú en Occidente y del desarrollo de las psicologías humanistas y transpersonal.

Como señalábamos, el planteamiento de Merlo es insuficiente para interpretar los movimientos espirituales de la postmodernidad en cuanto movimiento cultural; es cierto, que, en muchos casos, estos movimientos dialogan con el esoterismo, y que desde el punto de vista de la cultura mediática obedecen a una manifestación sincrética que tiene variadas influencias, y que, genéricamente, ha sido definida como esotérica o new age.

El estudio de Merlo distingue distintas manifestaciones de esta “cultura acuariana”, incluyendo las provenientes de la psicoterapia, sin embargo, en su estudio prevalece siempre la definición de estos movimientos como neo-esotéricos, Por tanto, su análisis es limitado para estudiar estos movimientos espirituales en cuantos actores de un cambio paradigmático que se produce en el ámbito de la cultura.

2. Nuevos movimientos espirituales como movimientos culturales

En nuestra opinión el estudio pionero de estos movimientos, elaborado por M. Ferguson en los años 80 del siglo pasado, es quien nos permite definir el fenómeno que estudiamos; el texto de Ferguson asocia estos movimientos a:

- la crítica a los fundamentos de la modernidad,

- la expansión del malestar al racionalismo extremo,

- la desilusión con las ideologías del siglo XX,

- la crisis ecológica,

- la lucha por los derechos humanos y la no discriminación,

- la búsqueda de nuevos modos de vida y el replanteamiento de la vida familiar .

El cuestionamiento de la modernidad desde la crítica postmoderna plantea nuevos modos de elaborar la identidad y de búsqueda de sentido

Una de la expresiones de esta búsqueda son los nuevos movimientos espirituales que tiene una complejidad mucho mayor que la planteada por Merlo, pues suponen dimensiones cognitivas, morales, afectivas, estéticas, psicológicas, sexuales, políticas
Esta integridad de dimensiones había sido destacada por M.Ferguson y F.Capra, subrayándose tres fuentes principales: la ecología, las psicoterapias humanistas y transpersonales y la recepción de la espiritualidad oriental.

De igual modo, se asocia este fenómeno con los movimientos intelectuales, estudiantiles y artísticos de los pasados años 60 y la lucha por los derechos civiles y contra la guerra nuclear .

Estos nuevos movimientos espirituales replantean muchas dimensiones del desarrollo cultural del mundo occidental y una potenciación de la búsqueda espiritual con la psicoterapia. Apuntamos algunas de esas dimensiones:

- búsqueda de herramientas de crecimiento personal

- interés por lo sagrado y el misterio al margen de las enseñanzas religiosas institucionalizada

- apertura a nuevas tradiciones y sabidurías ancestrales ampliándose la capacidad intercultural del mundo occidental.

- revaloración e inquietud por conocer tradiciones de sanación ancestrales

- la ecología es asumida como horizonte del “buen vivir” ( reciprocidad, cuidado, conservación)

- conciencia de que el mundo occidental vive una crisis no sólo social sino de cómo conocemos la realidad (quiebre epistemológico).

- crítica a la organización patriarcal del mundo
- agotamiento de los ideales de la modernidad
Si la postmodernidad es entendida como una ruptura cultural con el racionalismo y la metafísica universalista podemos aceptar que estos nuevos movimientos espirituales forman parte de los modos postmodernos de buscar sentido pues estos expresan:

a) el declive del cientificismo,

b) la valoración de la incertidumbre en la búsqueda de sentido,

c) la búsqueda de un nuevo sentido comunitario,

d) la emergencia de natrices simbólicas matrísticas vinculadas al ecologismo,

e) la valoración de los sentimientos,

f) concepción de lo espiritual y de la trascendencia como superación de la insatisfacción y del malestar del materialismo y racionalismos de la modernidad.





3. Convergencias de los nuevos movimientos espirituales y la crítica postmoderna.


A diferencia de otros movimientos culturales en la historia (retóricos- unívocos-instrumentales-simbólicos) este movimiento espiritual emergente se manifiesta en un dominio preferentemente simbólico-emocional-ritual-polisémico

En un estudio sistemático de la producción sociológica acerca de la emergencia de los movimientos culturales neo-paradigmáticos, en el marco post moderno, Hernán Dinamarca, identifica seis maneras de interpretarlos :

- como manifestaciones culturales que se potencian con un progreso optimista basado en el desarrollo de la ciencia y la tecnología

- como manifestaciones impúdicas que van contra las tradiciones del mundo occidental y la racionalidad moderna

- como manifestaciones de un cambio cultural asociada a una nueva manera de apreciar la ciencia en cuanto modelo de complejidad

- como manifestaciones críticas no ante el fracaso de la modernidad, sino ante una modernidad que está inconclusa y que debe desarrollar un nuevo ciclo de racionalidad integradora.

- como manifestación del “descentramiento” y desfundamentación de la modernidad, de la crisis del sujeto moderno

- como expresión de la dinámica postmoderna que conduce a un paradigma ecológico o de complejidad.

Para Dinamarca los antecedentes de estos movimientos convergen con otros procesos culturales y sociales tales como :

- el renacimiento de la conciencia ecológica y la crisis del modelo de crecimiento sin límites ( los recursos naturales no son ilimitados )

- la toma de conciencia de los derechos civiles, de la igualdad de la mujer y la valoración de la diversidad cultural del mundo ( abandono de visión anglo-céntrica; o europeo-céntrica)

- el pacifismo y la lucha contra la guerra nuclear.

- la reforma universitaria y el movimiento estudiantil desde los años 60 del siglo XX.

- la ampliación de las comunicaciones y mundialización de los movimientos sociales y culturales

- renovación de las teologías cristianas ( teología de la liberación)

- el desarrollo de nuevos paradigmas en las ciencias físicas y biológicas ( holismo y complejidad)

- valoración del desarrollo y de la cultura local, la identidad cultural, el cuidado del medio ambiente y la espiritualidad ancestral.

Del análisis de Dinamarca destacamos por último el valor que él asigna a los llamados “cambios en la intimidad cotidiana”, que nos parece muy relevante para entender la búsqueda que emprenden los movimientos espirituales en la post modernidad; en efecto, los estos movimientos promueven importantes transformaciones en la vida cotidiana, tales como ;

- la crisis de la cultura patriarcal

- la complejidad de la vida en pareja y familiar

- la emergencia del movimiento de la nueva masculinidad

- la transición en la relación de los padres y los hijos.

- el fin del “sexo triste” y la valoración del amor erótico

- la tendencia hacia el autoconocimiento interior

- la apreciación cultural y social del valor de las emociones.

- la posibilidad de potenciar redes de sentido en Internet

Dinamarca propone al finalizar su estudio un conjunto de indicadores que nos parece muy relevantes tener en cuenta en nuestra investigación : los movimientos espirituales que nos interesan tienen un potencial de transformación humana en cuanto plantean las siguientes propuestas:

- el valor de la reciprocidad ( justicia, retribución, mutualidad, colaboración, comunitarismo) como dimensión de la ecología humana

- amplían la interculturalidad y el respeto de la diversidad de las culturas.

- constituyen formas en que los seres humanos canalizan sus asombros y sentidos

- procesan los cambios estructurales a nivel de la intimidad y la vida cotidiana

- le dan a la búsqueda espiritual un carácter de “novedad”, de “renacimiento” cultural, de refundación del modo de vida occidental, como parte de una transición o cambio de época.




4. Nuevos movimientos espirituales y psicoterapias.

En relación a las perspectivas teóricas que se desarrollan desde la dimensión psicoterapéutica, éstas han sido sistematizadas por Merlo de la siguiente manera :

Una primera perspectiva se agrupa en torno a la escuela de Esalen y su influencia en la psicología humanista. Estas “terapias alternativas” pretenden sanar la totalidad de la persona, buscando el significado de la enfermedad, para comprender las raíces del desequilibrio precisamente de la totalidad de la persona .

La enfermedad se considera como una oportunidad para el desarrollo humano; Merlo habla de que desde esta perspectiva la psicología se sacraliza y la religión se psicologiza . Entre las llamadas terapias alternativas se señalan la homeopatía, la acupuntura, las flores de Bach, la terapia con cristales y minerales, la musicoterapia, los masajes de polaridad, las terapias nutricionales. Todas estas terapias confluirían en el movimiento del potencial humano y de la salud holística, que también tuvo una influencia de la sanación chamánica .

La segunda perspectiva, según Merlo, es la psicología transpersonal de S.Grof y K. Wilber. Así como Merlo señala que si Esalen representó un ala práctica de los nuevos movimientos espirituales, la psicología transpersonal representaría el ala teórica .

Tanto en Grof como en Wilber concurren dos influencias: la ciencia psicológica y la sabiduría espiritual oriental. Para Merlo, ambos basaron sus planteamientos en las incuestionable existencia de experiencias transpersonales; el término transpersonal podía se intercambiable con el de espiritual. En este caso, terapia y meditación de cuño oriental son complementos necesarios para armonizar y desarrollar “lo superior en lo inferior (cuerpo, sexualidad, afectividad)”

Desde otra perspectiva, Hector Bazán sintetiza la vinculación de las psicologías humanistas y transpersonales y los nuevos movimientos espirituales a partir de los siguientes aspectos :

- es una “concepción cosmológica.-antropológica y una visión de la vida como proceso de conciencia con un contenido esencial profundo y un sentido de finalidad existencial compartido”

- este sentido “es el reencuentro como cosmos e individuos con la Realidad intrínseca a la realidad, que vive en lo más hondo de nuestra subjetividad, oculta por la aparente dispersión formal de la conciencia”

- ello “le confiere a la percepción de la vida y a sus diferentes manifestaciones una cualidad solidaria y evolutiva, orientada a reconocer y a actualizar el impulso unitario del cosmos; impulso que se expresa en “la búsqueda de la plenitud” e implica los mayores grados de unidad y reintegración de la conciencia, en los diversos niveles y ámbitos del ser”

Los planteamientos de Bazán respecto a la contribución de la psicología transpersonal son plenamente convergentes con lo que señalan los nuevos movimientos espirituales:

a) visión integradora de todos los ámbitos del conocer humanos;

b) amplían la mirada en los ámbitos de la ciencia, la educación, el arte recibiendo un impulso revitalizador e integrador;

c) canalizan respuestas a los interrogantes del ser humanos contemporáneo y a los problemas que aquejan a la sociedad; simbolización de las fuentes íntimas del saber, pedagogía del desarrollo de la conciencia; búsqueda de plenitud, que su propia naturaleza humana impulsa .


5. Cultura y espiritualidad en la postmodernidad.


Existe una extensa y variada bibliografía sobre la postmodernidad como fenómeno y proceso social y cultural. Diversas interpretaciones han dado lugar a debates filosóficos y esta controversias se proyectan también a los planos de la cultura, la política y a los conceptos de desarrollo humano .

Para los efectos de nuestra investigación vamos a entender, primeramente, la postmodernidad como un fenómeno contestatario que se expresa en tres grandes rasgos:

- desconfianza ante las promesas de la modernidad basadas en los valores de justicia,

- libertad e igualdad; agotamiento y crítica de los “grandes relatos” y sus propuestas morales ( crítica de las ideologías globales del siglo XX principalmente) ;

- escepticismo referente a la capacidad de los individuos y movimientos sociales para transformar las estructuras sociales y económicas dominantes.

Una característica de la postmodernidad es el desencanto: desencanto del progreso liberal, de los ideales de la Ilustración, y de las posibilidades del mundo occidental para generar una sociedad justa.

Un acontecimiento que expresa este rasgo del descrédito de la modernidad ha sido el Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial, que significa la incapacidad de los seres humanos de plasmar los ideales de racionalidad y progreso que alentaba la modernidad.

En la postmodernidad no hay dogmas, ni verdades absolutas e inmutables. Por ello, se la ha llamado también “época postmetafisica”. La historia no es percibida como una unidad sino como fragmentos que se manifiestan en la diversidad de las culturas y en la autonomía de los individuos.

Importa principalmente la contingencia y la búsquedas de consensos de “buen vivir” a partir del reconocimiento de la diferencia y la diversidad como realidades constituyentes de la sociedad.

El proyecto de la postmodernidad es armonizar estas diferencias, sin por ello buscar la uniformidad y los “pensamientos únicos”. Por ello, la búsqueda de maneras de lograr esta armonización a través de medios como el arte, la poesía, la espiritualidad, la apertura a religiones orientales, entre otras vías.

Esta búsqueda también tiene expresiones políticas como son los movimientos ecologistas, feministas y culturales que plantean una nueva relación con la naturaleza y nuevos estilos de desarrollo humano.

Desde la perspectiva de la “sintonía” con las relaciones sociales dominantes, la postmodernidad implica:

- la secularización como declive de las religiones institucionalizadas;

- la disconformidad con las fuentes culturales del sentido de progreso (lucro, dominación, desigualdad, consumismo), y;


- la valoración de la autonomía en la búsqueda de una vida espiritual asociada con la armonía ecológica y una actitud contestaria con las estructuras sociales.

Si bien la postmodernidad es un fenómeno que implica una crisis de sentido, preferimos hablar de que la postmodernidad no es una total renuncia al sentido, sino una transición a nuevas formas de mirar el mundo, a relacionarse con la naturaleza y a entender los movimientos sociales.

Si bien la postmodernidad tiene una vertiente escéptica radical, en nuestra investigación valoramos las expresiones postmodernas que plantean que el fin de los “grandes relatos” e ideologías no es una renuncia a la transformación social sino una búsqueda de nuevos sentidos de trascendencia

En este proceso nos encontramos, en general, con un fenómeno de búsqueda supra-racional, como reacción al racionalismo moderno, que integra variadas manifestaciones.

Es precisamente esta variedad de manifestaciones, que incluyen desde modalidades terapéuticas, revaloración de medicinas tradicionales y actualización de tradiciones místicas, hasta ocultismos, magia negra y otras tantas expresiones esotéricas, lo que ha ocasionado una confusión y el diagnóstico de la dimensión espiritual de la postmodernidad como un especie de bolsillo de payaso y una moda espiritualista o un especie de consumismo espiritual. Bajo el nombre de “new age” se ha identificado este fenómeno como sincrético

Sin embargo, nuestro estudio ha identificado manifestaciones de alcance espiritual y terapéutico que ponen de relieve dimensiones de la postmodernidad de gran significado como son:

- la conciencia de la evolución religiosa y espiritual de la humanidad como fuente de resignificación del mundo actual,

- la valoración de una actitud de cuidado y solidaridad con la naturaleza;
- una puesta en cuestión de los valores materialistas del capitalismo a partir de un descubrimiento de fuentes espirituales y religiosas ancestrales ;

- el desarrollo de la interculturalidad y una conciencia de ecumenismo espiritual, y

- el diálogo de la psicoterapia con las tradiciones espirituales y sapienciales de sanación .

Estos procesos adquieren la condición de mutación cultural, o como ha indicado F. Capra un cambio de paradigma en la relación del individuo, la cultura y la espiritualidad .



6. La postmodernidad y los nuevos movimientos espirituales: el puente con las psicoterapias.


Nuestra apreciación de la postmodernidad implica someter lo “nuevo” a un análisis que identifique aspectos que nos parecen relevantes con el tema de la investigación. Por ello, consideramos importante destacar tres temáticas que constituyen una especie de constelación de argumentos:

- la dimensión espiritual que incluyen estos movimientos traen consigo la referencia a una energía o gracia que proviene de una fuente trascendente.

- la dimensión espiritual implica una crítica a las religiones institucionalizadas, una negación al “materialismo” de la modernidad y la pregunta por el sentido de la vida

- los caminos de desarrollo espiritual implican una maestría, una iniciación y una pedagogía.

Estos argumentos no constituyen un programa estructurado, sino son una expresión de un fenómeno de integración de tres factores:

- la búsqueda de una vida armónica con la naturaleza ,

- la búsqueda de una vida profunda inspirada en una espiritualidad no-religiosa y

- una apreciación evolutiva de la conciencia personal en cuanto ámbito trascendente.

Según nuestra revisión documental, este fenómeno de integración es “acogido” en tres dimensiones psicoterapéuticas:

- en el desarrollo teórico de las psicologías humanistas y transpersonal;

- en la valoración de los grupos de encuentro y talleres de desarrollo personal, y;

- en el desarrollo de un aprendizaje ecológico, como vía para transformar los estilos de vida y promover una nueva manera de habitar el mundo.


Se desarrolla una espiritualidad ecléctica, sin embargo, es posible identificar una matriz simbólica que integra la salud, el auto cuidado, la relación con la naturaleza y la trascendencia. En nuestra sistematización constituyen esa matriz los siguientes contenidos:

- el proceso de simbolización espiritual es sincrético en su generación y desarrolla un poder integrador (o predisposición) a la trascendencia.

- existe un descubrimiento de una espiritualidad potencial que se expresa en un lenguaje arquetípico abierto a la interpretación desde el propio individuo, sin intervención de las instituciones religiosas.


- existe una tendencia hacia la Madre; la Tierra se configura como símbolo matriz, dando lugar a ritos y prácticas externas de celebración y agradecimiento; los propios movimientos ecologistas pueden ser una expresión política de esta “matrística”.

- se pretende vivir la experiencia espiritual como experiencia religiosa, pero en el sentido de “re-ligar” lo propio, la conciencia con el don de la trascendencia (que es gratuito, no mediado por instituciones).


- las experiencias se expresan en imágenes arquetípicas por lo que hay una tendencia una simbolización lingüística.

- la búsqueda espiritual es procesada en la psicoterapia como deconstrucción (o crítica) de fundamentalismos y autoritarismo.


- se configura en la experiencia espiritual una matriz abierta a la esperanza y a la transformación: el apoyo de la psicoterapia es dinámico y proyecta nuevas modalidades de intervención.

- la experiencia espiritual se desarrolla en la busca de un maestro-a, de un viejo sabio: existe una necesidad de acompañamiento y de reconocimiento de un estado de descubrimiento que exige la palabra de otros.


- la vida espiritual se “cultiva”, de ahí la importancia de técnicas, herramientas y la pedagogía de las tradiciones sapienciales.

- se acude a textos oraculares y sapienciales en vista de descubrir “coincidencias significativas” y la simbolización espiritual ( re-lectura de Jung y su concepto e sincronicidad)



V. Conclusiones

En este capítulo enunciaremos las conclusiones a que hemos arribado en la sistematización de las fuentes consultadas y en particular del llamado “modelo fergusiano”.

En primer lugar enunciamos diez tesis a manera de conclusión:

1. En el contexto postmoderno , una de cuyas lecturas más común es identificarlo como escéptico, los nuevos movimientos espirituales representan un proyecto de “potenciación humana”, que integra un diagnóstico ecológico de la realidad global, una actitud de apertura a la interculturalidad, una lectura de las tradiciones sapienciales ancestrales y una opción por el cambio social a partir de comunidades locales .

2. Los movimientos que estudiamos expresan una convergencia de una visión ecológica y una búsqueda de horizontes espirituales de sentido.

3. Representan una crítica al racionalismo instrumental de la modernidad y valoran las dimensiones espirituales y artísticas como canales para elaborar sentido e identidad.

4. Subjetivizan la búsqueda de la trascendencia por la vía de convertirla en un movimiento cultural secularizado, sin apego a instituciones religiosas.

5. Amplían el conocimiento y el saber de los modelos espirituales de las distintas culturas y desarrollan redes de aprendizaje que enriquecen el capital cultural de la sociedad.

6. Distinguen su búsqueda espiritual de las manifestaciones religiosas fundamentalistas y neoconservadoras y, a diferencia de aquellas, tienen un comportamiento pluralista.

7. Por lo general, desarrollan acciones públicas concientes de su rol cultural y de cambio social, y con ello, se mitigan tendencias sectarias.

8. Tienen conciencia de ser parte de una cultura emergente y se potencian en su vinculación con movimientos ecologistas y feministas.

9. Los mismos movimientos ecologistas, feministas y ciudadanos tienden a constituirse en espacios de búsqueda de sentido espiritual: la crítica a la política tradicional se realiza desde opciones ecológicas que valoran la integridad del ser humano ( emociones, ética)

10. Son movimientos contestarios en la postmodernidad y son sensibles a su exposición pública a través de la industria mediática: esto puede ser un factor importante para su desarrollo, como también para su banalización, caricaturización y estigmatización como manifestaciones ocultistas, sectarias o comerciales.


Retomamos ahora estas tesis en la perspectiva del problema que hemos propuesto indagar en esta investigación y consideramos relevante destacar los siguientes planteamientos:

Estos movimientos se desarrollan en un modelo reticular, por tanto su formas de desarrollo no es sencillo documentarla. Ferguson elabora un modelo adecuado para sistematizar las distintas manifestaciones que caben en su “paradigma”, que pone el acento en la configuración cultural de los movimientos y su articulación con dos fuentes principales: la ecología y la salud.

No ha sido nuestro objetivo obtener una radiografía de los actores, tendencia, entidades y sistemas de aprendizaje. Nos importa más bien valorar, comprender el fenómeno global y su referencia al contexto postmoderno. Parker ha intentado un estudio serial y radiográfico usando Internet como fuente, sin embargo, su concepto de estos movimientos (que integra variadas expresiones esotéricas, ocultistas, folclóricas) ha distorsionado sus conclusiones, y lo ha calificado como movimiento pre-moderno

El modelo descriptivo e interpretativo de Ferguson se articula de una forma más cercana a la concepción de nuevos movimientos sociales, que se desarrollan a través de “estructuras blandas”, con liderazgos horizontales y multifocales y con desarrollos conceptuales que privilegian la enunciación de su intencionalidad sobre la refinación de sus entramados conceptuales.

Esta situación puede que contribuya a la caricatura de estos movimientos, que son percibidos, es el caso del estudio de Parker, como sincretismos superficiales o un “mercado” de autoayuda inconsistente.

Ferguson destaca el carácter emergente de este movimiento, y como tal debemos apreciarlo: como constelaciones que integran diversas inspiraciones y lecturas de las tradiciones espirituales, así como alternativas sociales y ecológicas.

Si hiciéramos un símil con otros movimientos sociales del siglo pasado veríamos (el es caso del movimiento obrero, del feminismo contemporáneo y del ecologismo) también que estos se constituyen descentradamente, bajo marcos conceptuales diversos y que incluso en sus momentos más estructurados no llegan a tener visiones únicas.

Son movimientos en transición, y el análisis que de ellos se haga, debe considerar esta condición dinámica. Sin embargo, es posible identificar aspectos constituyentes, y sobre estos vamos a referirnos a continuación.

En una condición cultural global de cambio paradigmático, en diversos ámbitos (principalmente en la ciencia y en la economía) , es relevante la existencia de movimientos de búsqueda espiritual que se conciben a sí mismo como movimientos de cambio cultural y que colocan temas como la trascendencia en un ámbito público, como expresión de la disputa paradigmática que se despliega en el contexto postmoderno.

Hemos reiterado en varias oportunidades la fuente ecológica de estos movimientos, no obstante, también debemos relevar el lugar que ocupa la temática del auto cuidado y la búsqueda de estilos de vida saludables.

En este plano, los movimientos que ocupan nuestro interés constituyen propuestas de habitabilidad del planeta, y como tal son parte de la plataforma de innovación que es necesario implementar en la actualidad a nivel global, más aún ante los desafíos que provoca el cambio climático en el mundo.

Los valores de simplicidad, reciprocidad y comunitarismo que se invocan en estos movimientos implican reconocer tantos las dimensiones materiales como intangibles del desarrollo humano, que han sido puesta también en la agenda convencional de las políticas sociales, y que se basa en la teoría del desarrollo a escala humana y de las necesidades, que buscan garantizar la satisfacción no sólo de necesidades vinculadas a salud, vivienda, alimentación, educación y otras de este nivel, sino también necesidades tales como la hospitalidad, el afecto, la recreación, el aprendizaje .

En este sentido, se ratifica su rol de cambio cultural, planteando anticipatoriamente dimensiones avanzadas del desarrollo social, que hoy constituyen aspectos claves del mismo reconocidos en la políticas sociales (lo que no ocurría hace tres décadas atrás, cuando estos movimientos ya los señalaban e intentaban vivenciarlos en proyectos concretos).

Los movimientos de matriz fergusiana representan un tipo de acción colectiva que tiene a prevalecer en el contexto postmoderno, y que se manifiestan en movimientos actuales de la sociedad civil, como los movimientos críticos a la globalización o alter mundistas, las ONG ambientalistas y derechos humanos, por los derechos de los pueblos originarios, entre otros .

Estos son movimientos que se han auto constituidos desde intuiciones básicas de conservación de la naturaleza de la justicia y la búsqueda de la plenitud humana y representan:

- espacios creatividad y producción de sentido;

- lugares de aprendizaje; de creación de sentido;

- espacios de simbolización de mundo alternativos;

- de integración de prácticas espirituales de diversas procedencias, y;

- de exploraciones en el ámbito de la conciencia y de la evolución de la imaginación humana: son expresiones de mitologías creativas en el contexto de la postmodernidad.

Desde esta perspectiva, ciertamente son movimientos que se constituye de manera plural y multiversa.

También esta pluralidad se expresa en sus relaciones con la sociedad: así , el modelo fergusiano valora el carácter de “movimiento”, “red” y de “acción colectiva”, sin embargo , también constatamos , una tendencia a una espiritualidad individualista, liberal y acentuadamente optimista y confiada en la misión salvadora de la tecnología ( baste recordar la adhesión que han manifestado actualmente importantes líderes de movimientos fergusianos a la energia nuclear, que la combatieron por varias décadas como el mayor factor de riesgo para la paz y la sustentabilidad del planeta).

Cabe preguntarse, como lo han hecho otros comentaristas de los movimientos fergusianos , si acaso estos movimimientos llamados “espirituales” no deberían ser descritos más bien en la categoría de movimientos culturales, sociales o ecológicos a secas.

En nuestra opinión cabe valorarlos, describirlos e interpretarlos como movimientos espirituales, no sólo por su identificación con tradiciones sapienciales ancestrales y su sensibilidad por culturas espirituales indígenas, sino porque su “estrategia de vida” explícitamente reconoce en la vivencia de una “nueva” espiritualidad su foco original.

No se trata tampoco de extender la definición de espiritualidad al convencional concepto de ideología, para interpretar la invocación a la espiritualidad como un paraguas de conceptos, proyectos, estrategias y teorías.
En los movimientos fergusianos no se plantea esta temática en estos términos, pues la espiritualidad se define como:

a) el desarrollo de una conciencia sensible;

b) el desarrollo de la potencialidad del ser humano en cuanto sujeto moral y social,

c) la apertura a la trascendencia, en cuanto horizonte de transformación y de integración con todos los entramados o redes de la vida,

d) un recogimiento reflexivo junto a un aprendizaje activo de formas comunitarias de vida, una exploración de las vías místicas de plenitud, tal como se manifiestan en occidente y en oriente;

f) el desarrollo de un lenguaje poético (creativo) que acerque al ser humano a lo “insondable”, a la búsqueda perenne del misterio, que se presenta no como amenaza sino como amplio campo de sentido, aprendizaje y exploración.

Por último es preciso señalar que en nuestra investigación hemos identificado la influencia de corrientes psicoterapéuticas en el desarrollo de estos movimientos: psicólogos jungianos, humanistas y transpersonales han participado de estos; y es posible señalar que sus teorías buscan dar sustento a las experiencias y exploraciones de los mismos .

Este es un ámbito de debate disciplinar de dimensiones epistemológicas, filosóficas y científicas que está curso y que se nos presenta como un nuevo y promisorio escalón en nuestro aprendizaje y formación.


VI. Bibliografía consultada.


Capra, Fritjof (1985) El Punto Crucial, Barcelona, Integral

Dinamarca, Hernán (2004) Epitafio a la Modernidad. Desafíos para una crítica postmoderna, Santiago, Universidad Bolivariana.

Ferguson, Marilyn (1990) La Conspiración de Acuario, Barcelona, Kairós.

Kaulino, Adriana y Stecher, Antonio (Editores) (2008) Cartografías de la Psicología Contemporánea, Santiago, LOM

Mardones, José María (1990) En torno a la postmodernidad, Barcelona, Anthropos

Max-Neef, Manfred, Elizalde, Antonio, Hopenhayn, Martín (1986) Desarrollo a Escala Humana: una opción para el futuro, Uppsala, CEPAUR- Dag Hammarskjöld Foundation

Parker, Cristián (2008) Mentalidad religiosa post ilustrada: creencias y esoterismo en una sociedad en mutación cultural, en Alonso, Aurelio (Compilador) América Latina y el Caribe. Territorios religiosos y desafíos para el diálogo, Buenos Aires, CLACSO.

Vidal Beneyto, José (2003) Hacia una Sociedad Civil Global, Madrid, Taurus.

Wilber, Ken (2007) Espiritualidad Integral, Barcelona, Kairós.

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